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Donde el Corazón me lleve, y la Razón me deje

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Dicen que las grandes oportunidades solo se presentan una vez en la vida y que, si las dejas pasar, nunca regresan. Yo soy de los que piensa que una situación siempre volverá para darte la oportunidad de demostrar si has aprendido la lección.

Cementerio de Agramonte

[Cementerio de Agramonte, Oporto (Portugal)]

Son las cuatro de la madrugada de una calurosa noche de finales de julio en Oporto. Sentado en la acera de una de las calles donde se concentra la marcha nocturna de la ciudad, bebo los últimos sorbos de una cerveza Super Bock mientras contemplo como se desenvuelve la gente a mi alrededor.

Mi cuerpo, cansado, me envía claras señales de agotamiento, mientras mi mente, ajena a la realidad presente, retrocede en el tiempo trasladándome a otro momento y a otro lugar…

El día está gris, y el cielo encapotado deja escapar de vez en cuando una fina lluvia que aterriza con suavidad y una leve sensación de cosquilleo en mi cara.

Después de caminar unos cuatro kilómetros por fin he llegado a la entrada del cementerio formada por una gran puerta de doble hoja y, dispuesto a escrutar sus misterios, la atravieso con calma y lleno de curiosidad adentrándome en el recinto.

La muerte no me es ajena ni algo que sienta lejos, sino algo que tengo siempre presente porque me ha rondado cerca, algo que necesito comprender y aceptar.

Comienzo a recorrer los largos pasillos observando las peculiaridades de cada tumba, sus distintas formas y tamaños, su distribución, las diferentes inscripciones con los nombres y fechas de los fallecidos, los recordatorios de sus seres queridos en forma de flores, velas y epitafios, e inevitablemente acuden a mi recuerdo las tumbas de los soldados alemanes enterrados en el cementerio de La Cambe (Francia) fallecidos durante la segunda guerra mundial, dónde en una figura con la forma de un corazón negro y medio cuerpo de ángel blanco puede leerse:

Las personas que amamos permanecen para siempre en nuestros corazones”

Cementerio de La Cambe

Al cabo de un rato, y en torno a una de las lápidas, me encuentro con un grupo de personas que reza a modo de despedida, de buenaventura, o quizá como esperanza de un futuro reencuentro con el fallecido.

En otra tumba cercana una señora de avanzada edad se dedica a limpiar la piedra con esmero, mientras a su lado un hombre repone las flores marchitas por el paso del tiempo.

Un poco más allá, en medio de todo y rodeada de nada, una chica solitaria permanece sentada en el frío mármol, esperando tal vez encontrar consuelo aferrándose a lo que ya se ha ido.

Permanezco un rato observándola, y mientras lo hago siento el impulso de acercarme y de hablarle, de acompañarla, pero mi mente no entiende de impulsos y consigue que me vaya, imponiéndose con el argumento de que hacer eso no sería lo correcto

Cementerio de Agramonte

Continúo paseando a disgusto y contrariado, planteándome por qué sentir y pensar se encuentran a veces tan separados, y por qué ese enfrentamiento se revela haciéndome sentir como si algo se retorciera con virulencia en mis tripas.

Absorto en mis conflictos prosigo el recorrido entre muertos ajenos y sentimientos cercanos, con la rebeldía creciendo en mi interior a cada paso, poderosa, hasta que me detengo de repente, respiro profundamente, y resoplo apretando los dientes al tiempo que pienso: ¡se acabó!

Me doy la vuelta y regreso con pasos rápidos y decididos en su busca, pero cuando llego al lugar ella ya no está.

Frustrado, me acerco hasta la tumba donde se encontraba y observo las inscripciones de las lápidas con los nombres de los fallecidos, dejándome caer donde ella permanecía sentada mientras me embarga una creciente sensación de angustia y soledad.

Paso el resto del día reprochándome a ratos lo sucedido, y la incomodidad se va diluyendo poco a poco con el paso del tiempo, pero yo soy de los que piensa que una situación siempre regresa para darte la oportunidad de demostrar si has aprendido la lección.

Cuatro días más tarde, mientras camino por el paseo del Tajo en Lisboa escuchando una de mis canciones preferidas , la situación se presenta…

Paseo del Tajo en Lisboa

Pero alguien grita demasiado cerca de mi oreja, y entonces me doy cuenta de que la cerveza está ya vacía y mi culo bastante frío y dolorido, por lo que me levanto del suelo y comienzo a caminar con la esperanza de ir…

Donde el corazón me lleve,

y la razón me deje.

El artículo Donde el Corazón me lleve, y la Razón me deje ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.


Persigue Lo Que Quieres, Valora Lo Que Tienes

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Persigue lo que quieres, valora lo que tienes es una frase que representa en buena medida la filosofía de este blog, y con este artículo pretendo explicarte por qué y cuales son los significados que encierra para mí. Adelante, estás en tu casa.

En barca por el río

[Apuntando al templo Wat Arun desde el río Chao Phraya en Bangkok]

No, no puedes tenerlo todo es el sugerente título con el que el bloguero Mark Manson encabeza uno de sus últimos e inspiradores artículos, donde habla de la imposibilidad de tenerlo todo, de la necesidad de elegir para poder ganar, y también para perder, y del coste de oportunidad que conllevan todas nuestras acciones.

Y ha sido precisamente ese artículo el que me ha servido de estímulo para encontrar la motivación necesaria para volver a escribir, después de más de un mes de sequía rebanándome los sesos, tan exprimido quedé tras mi última publicación.

Un blog es una herramienta magnífica para expresar nuestros pensamientos y plasmar nuestra filosofía de vida compartiéndola con el mundo, y es muy habitual escoger una frase representativa con la que darle una orientación que sirva de pista e inspiración para nuestros posibles lectores (y para Google 🙂 ).

En mi caso persigue lo quieres, valora lo que tienes es una de las que más me gusta, y además me he dado cuenta de que he hecho unas cuantas referencias en publicaciones anteriores a dicha frase, pero nunca me he dedicado en profundidad a explicar qué es lo que significa, y qué es lo que implica para mí esta supuesta filosofía, por lo que aquí me tienes, a punto de poner remedio a tan tremenda desfachatez.

Acabamos … de empezar.

Persigue Lo Que Quieres

Como dice Mark en su artículo, no podemos tenerlo todo, porque cualquier acción que escojamos realizar tiene unos costes de oportunidad, es decir, supone que al elegir hacer una cosa estamos perdiendo la oportunidad de hacer otras.

No podemos tenerlo todo, ni tampoco podemos hacerlo todo, ya que solo tenemos un cuerpo y una presencia (por ahora), por lo que debemos elegir dónde estar y qué hacer, y asumir las consecuencias de esas elecciones.

En las sociedades modernas la insatisfacción se ha convertido en una fiel compañera del ser humano, y no solo por no estar haciendo lo que nos gustaría en cada momento, sino también por el exceso de oportunidades de que gozamos que nos conduce hacia el inconformismo y el ansia de poder, hacia la envidia y la avaricia.

Está muy bien no conformarnos con lo que tenemos y perseguir nuestros ideales, pero eso ha de estar asentado en valores firmes y sanos como lo son el respeto y la contribución, por desgracia, esto está siendo más excepción que regla.

Por otro lado (o por el mismo), perseguir lo que queremos parte de la premisa de que sabemos de qué se trata, y eso es muchas veces lo más difícil de definir.

Cuando por ejemplo te hablaba de cómo encontrar un trabajo satisfactorio ¿cómo sabemos que trabajo es? (deberías leer el artículo si quieres averiguarlo 😉 ).

Nuestra vida está plagada de elecciones que nos llevan en una u otra dirección, y cada una de ellas debería suponer un aprendizaje para ir afinando progresivamente la búsqueda de nuestros objetivos, pero en realidad no es tan sencillo, en realidad es jodidamente complicado.

Suele suceder que empezamos por perseguir un objetivo, un ideal, un sueño, o lo que prefieras, y somos muy felices mientras la ilusión por alcanzarlo nos ilumina cada día, pero sin embargo una vez que lo hemos conseguido, esa ilusión empieza a difuminarse poco a poco con el tiempo hasta desaparecer, porque una vez lo alcanzamos o bien deja de llenarnos, o bien dejamos de valorarlo.

Uno sabe lo que quiere hasta que lo consigue, después sencillamente quiere otra cosa.

Va a ser que no… que no somos felices.

Las estanterías de la sección de autoayuda de cualquier librería de centro comercial están a rebosar de guías sobre cómo mejorar nuestras vidas, por algo será.

Estantería con libros de autoayuda

Como yo mismo argumento en un estupendo artículo de mi amiga Alicia González, la felicidad es un estado, una forma de ser, una actitud, y por eso creo que no se encuentra en ningún objetivo, suceso o posesión, sino en la forma con la que enfrentamos todas esas circunstancias, y por eso mismo no depende de lo que somos, hacemos o tenemos, sino de lo que pensamos y creemos acerca de lo que somos, hacemos y tenemos.

Según expone en su libro El viaje a la felicidad el conocido divulgador científico Eduardo Punset, la felicidad se encuentra en la sala de espera, es decir, somos mucho más felices mientras perseguimos aquello que nos ilusiona que después, una vez que lo hemos alcanzado.

Esto se refleja muy bien en algo tan cotidiano como son los regalos o las compras de algo que queremos tener, e incluso también en las relaciones personales. La expectativa y la ilusión son enormes cuando estamos esperando o buscamos algo deseado, y sin embargo esa felicidad se diluye con rapidez, como la miel en la boca, cuando ya poseemos esos objetos o alcanzamos esos anhelos, y nos acostumbramos a ellos dejando de valorarlos.

Esta actitud se puede extrapolar a cualquier ámbito de nuestras vidas e incluso, como expongo en mi artículo sobre practicar la gratitud, al mismo hecho de vivir ya que, si esperamos despertar cada mañana, es poco probable que nos sintamos agradecidos por estar vivos.

¿Y hacia dónde nos conduce todo esto Juan?

Pues aunque el tema te puede resultar como mínimo ligeramente abstracto, casi tanto como el cuadro pintado por un chimpancé que fue admirado en el museo Guggenheim de Bilbao (y cuyo puñetero enlace no he conseguido encontrar), espero poder darle un rumbo mínimamente coherente con el siguiente punto (sí, ya lo sé, soy un cachondo).

Valora Lo Que Tienes

Estoy de acuerdo con Punset en que, cuando queremos algo, somos más felices mientras estamos en la sala de espera, cuando todavía no hemos alcanzado eso que deseamos, pero también es muy posible que la respuesta a nuestra insatisfacción permanente, a nuestro no ser felices, no se encuentre en el conseguir, o en el hacer y tener más, sino en el hacer y el tener menos, en la simplicidad, en el valorar lo presente, en el dejar de desear más y más.

O por qué no, puede que el secreto de la felicidad esté en encontrar el punto de equilibrio entre el persigue lo que quieres y el valora lo que tienes. 

Muchas de las decisiones clave de nuestras vidas giran en torno a esta cuestión, lo cual me suscita un par de preguntas:

¿Qué es lo que perseguimos?

¿Qué es lo que valoramos?

Y cuyas respuestas me conducen a una tercera incógnita:

¿A qué estamos dispuestos a renunciar?

Porque no… no podemos tener todo.

Y no… no podemos hacer todo.

Debemos escoger, y para ello tenemos que decidir a qué queremos renunciar, siendo en este punto donde entra en juego el valor que le damos a las cosas, a todo aquello que es importante para nosotros pero que muchas veces obviamos, comportándonos como auténticos estúpidos dejándonos llevar por nuestra naturaleza egocéntrica e insatisfecha.

Nos gusta pensar en que la vida ha de tener un propósito que nos llene y nos realice, y lo buscamos y lo perseguimos, nos empeñamos en encontrarle un sentido que nos alivie la carga de creer que no estamos aquí por ninguna razón en especial más que vivir.

Y cuando no encontramos ese propósito, cuando no encontramos ese sentido, nos asalta el vacío y la insatisfacción, renunciando con ello al momento presente, al aquí y ahora, desvalorizando y despreciando de esta forma la vida.

No se trata de no querer nada o de no perseguir nada, se trata de querer y perseguir aquello que nos merece la pena, aquello que de verdad tiene valor para nosotros y sobretodo, se trata de no olvidarlo.

Tú decides lo que es.

Y para conseguirlo hemos de empezar por valorar el simple hecho de estar vivos, agradeciéndolo y disfrutándolo desde ya… y para siempre.

¿Alguna pista?

En este artículo te doy siete, pero si tuviese que escoger yo me quedaría con:

CONEXIÓN Y PRESENCIA

Conexión con la vida, con las cosas y las personas, con todo lo que nos rodea.

Y presencia en cuanto a estar aquí y ahora, a vivir el momento con la mayor intensidad posible.

Porque estar muy presentes nos ayuda a clarificar qué es eso tan valioso que nos llena y nos hace felices, y por supuesto, nos estimula a disfrutarlo como lo único que existe.

Siempre es ahora ¿no te parece?

Somos nosotros, desde nuestro ego, quienes lo complicamos y lo hacemos difícil, cuando la realidad es que es muy sencillo:

Coge aire,

Respira profundamente,

Abre los ojos,

Da las gracias,

Y elige Vivir.

El artículo Persigue Lo Que Quieres, Valora Lo Que Tienes ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

El Fracaso Del Éxito

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No por mucho madrugar amanece más temprano, dicen por ahí. No por mucho dejarnos guiar por las mieles del éxito encontraremos la plenitud, digo por aquí. El éxito sólo es tal si sabes en qué consiste, y el por qué y el para qué lo persigues, de lo contrario lo único que conseguirás es toparte con el fracaso del éxito.

En el cabo Finisterre

[Recorriendo el camino hacia el fin del mundo en el Cabo Finisterre (España)]

El éxito es como la perla protegida por la concha de un molusco que, después de haberse introducido un cuerpo extraño y capa a capa, ha tardado años en formarse y estar lista para ser recogida.

Nos dicen qué es y dónde se encuentra, cómo hemos de perseguirlo, las cualidades que hemos de atesorar para llegar hasta él, y hasta cómo nos sentiremos una vez lo hayamos alcanzado.

Pero empecemos por preguntarnos…

¿Se trata de un estado?

¿De un propósito?

¿De un premio?

¿De algo único y específico?

En realidad estamos hablando de un concepto altamente subjetivo, como también lo es el de fracaso, aunque en la sociedad exista una idea generalizada de lo que significa tener éxito en la vida, y que va asociada con ganar y con obtener reconocimiento, pero resulta que, a pequeña escala y en nuestro día a día, ganar puede ser cualquier cosa, dependiendo de la perspectiva que apliquemos.

Para una persona ganar puede ser coronar una montaña de ocho mil metros sin oxígeno, y para otra que nunca ha escalado, sencillamente subir una de dos mil de la mejor forma que pueda.

Un aumento de sueldo o ascender en el puesto de trabajo, puede significar un gran triunfo, como también puede serlo mandar a la mierda el empleo que se tenga.

Ganar también puede ser decir te quiero, o no te quiero, decir te amo, o te odio, vencer un miedo o una fobia, e incluso rendirse.

Pero como pasa con la felicidad, donde lo más importante es descubrir qué es lo que nos hace felices para así poder perseguirlo y potenciarlo, en cuanto al éxito también deberíamos empezar por definir qué es lo que lo que significa para nosotros, el por qué lo buscamos y el para qué lo necesitamos.

Según Winston Churchill…

Éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.

El Fracaso Del Éxito

La sociedad actual nos condiciona a pensar que tener éxito consiste en obtener un alto reconocimiento en base a alcanzar el mayor poder e influencia posibles, generalmente en el ámbito económico, porque hoy en día, nos guste más o menos, el dinero es poder.

De esta forma las personas exitosas suelen estar muy reconocidas y convertirse en referencia para muchos, en alguien a quién nos gustaría parecernos, porque ya desde muy pequeños nos enseñan que la vida nos irá mejor si siempre ganamos, y si somos los mejores en todo aquello que nos propongamos.

Nos garantizan que teniendo éxito obtendremos no solo reconocimiento, sino también poder, fama, influencia, aplausos, elogios, palmaditas en la espalda, admiración, idolatría…, toda la colección de golosinas que a nuestro insaciable ego le gusta consumir con regularidad.

Nos dicen incluso que en el éxito está la llave de la plenitud, y la respuesta a todas nuestras inquietudes y carencias. Lamentablemente en muchas ocasiones esto se queda en promesas y falsas expectativas, y no solo eso, sino que a veces el supuesto éxito acaba por desembocar de muy diversas formas en trágicos desenlaces.

Es muy frecuente que, en nuestro afán por alcanzar y disfrutar de todo lo que nos promete el éxito, nos olvidemos de algo muy importante: el camino que estamos recorriendo.

Pensamos tanto en llegar a la ansiada meta y nos volvemos tan ciegos, que nos olvidamos de mirar alrededor y de disfrutar de lo que tenemos delante.

Tenemos mucha sed de éxito pero éste es tan solo un espejismo, un oasis floreciente que promete un gozo dulce pero que, una vez alcanzado, se desvanece ante el implacable ¿y ahora qué?, revelando el comienzo de una nueva y dura travesía a través del desierto de nuestro vacío, que además deberemos empezar en soledad, porque hemos dejado de lado a la compañía.

Campo de vides secas

Solemos pensar que fracasar es de perdedores, pero esto no es más que una consecuencia del condicionamiento al que estamos sometidos para perseguir sin descanso el triunfo.

Tenemos miedo de fracasar porque pensamos que nos puede alejar de la tan ansiada meta del éxito, que el fracaso nos convertirá en personas marginadas y frustradas por no estar a la altura de lo que los demás esperan de nosotros, pero en realidad, en el hecho de perseguir el éxito desde esta perspectiva, es dónde reside el verdadero fracaso.

Cometemos un error dejándonos llevar por estos condicionamientos que nos empujan a buscar fuera todo aquello que no sabemos encontrar dentro, condicionamientos que nos llevan a creer que sólo triunfar llegando a lo más alto nos proporcionará el amor, admiración y respeto que deseamos y que, de esta forma, se terminarán todas nuestras preocupaciones y problemas, cuando en realidad se trata de virtudes que están a nuestra disposición ahora mismo y en cualquier lugar.

En palabras del poeta y artista C.C. Cortéz…

Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso.

El Verdadero Éxito

Lo más importante para construir un futuro provechoso es empezar por liberarnos de los condicionamientos que nos atenazan, y desde esta nueva perspectiva redefinir y tener claro lo que significa el éxito para nosotros.

Yo diría que…

Éxito es la satisfacción de saber que estamos haciendo todo lo que podemos para llegar a ser nuestra mejor versión.

No se trata de algo tangible que podamos poseer, ni tampoco de algo que esté escrito o establecido, sino de una manera de actuar y de comportarnos que nos acerca a esa persona que queremos ser.

Y además esa persona no es, ni más ni menos, que la que nos hace sentir plenos y felices.

Y en este sentido, el único fracaso radica en rechazar que podemos (y solemos) equivocarnos, y en no aceptar y aprender de nuestros errores.

Los fallos nos hacen humildes y nos ofrecen una nueva perspectiva, y al igual que no hay luz sin oscuridad, no hay acierto sin error.

Errores que nos permiten disfrutar en mayor medida de los aciertos, haciéndolos mucho más valiosos, y que nos ayudan a superarnos y a crecer manteniéndonos alejados de la soberbia y la idealización, permitiéndonos disfrutar de la vida y evolucionar de una manera sana intentando aprovechar todas nuestras capacidades, que son muchas, aunque haya ocasiones en que éstas jueguen en nuestra contra.

Y será de esta forma, aceptando el fracaso y permitiéndonos equivocarnos, que sanaremos nuestras heridas en cuanto a la autoaceptación, que ganaremos en autoestima, y que nos desprenderemos del pesado lastre que suponen las opiniones (imposiciones) de los demás.

Siendo libres para ser quienes verdaderamente somos, y para seguir nuestro propio camino en la vida.

Acueducto de Segovia bajo el sol

Para alcanzar este tipo de éxito, debemos empezar por liberarnos de todo aquello que nos induzca a pensar que nuestra felicidad depende de alcanzar objetivos externos como la fama, el reconocimiento, el estatus social o el poder económico.

Guiarnos por ello puede conseguir que nos volvamos locos y soberbios perdiéndonos por el camino, olvidándonos de nosotros mismos y del ahora, que incluye cosas esenciales de la vida como la salud, el descanso, la diversión y las personas.

Ni somos lo que conseguimos, ni valemos lo que tenemos.

El verdadero éxito está en cultivar una actitud que nos haga sentirnos plenos y felices, y en hacer todo lo que sea que hagamos respetando nuestros valores fundamentales, dando de esta forma lo mejor que tengamos para nuestro beneficio y el de los demás, y teniendo siempre presente que nos vamos a equivocar, sin que esto nos haga mejores o peores, sino que nos ayude a recordar aquella frase que dice:

A veces se gana…

… y a veces se aprende.

 

El artículo El Fracaso Del Éxito ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Postureo A Discreción, La Irrealidad Social

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El postureo, esa actitud tan de moda en la que siempre nos mostramos guay del paraguay, haciendo cosas supermegachulas, y siendo felices comiendo perdices, acabará por devorar nuestra realidad convirtiendo nuestras relaciones en los mundos de yupi. ¿Que no te lo crees? Pues sigue leyendo…

Cuadro volteado

En la imagen puedes ver un pequeño experimento que he estado haciendo en mi cocina en los últimos días.

No hace mucho, en una de mis habituales ralladuras mentales, reflexioné sobre por qué la mente humana (mi mente) es tan esquemática y necesita de un orden, y por qué ese orden ha de ser concreto y tener un solo camino. Es por eso que decidí voltear el cuadro que ves en la foto, y observar cuanto tardaba mi mente en acostumbrarse al “desorden”, así como también saber cuales eran las reacciones de las personas que lo vieran.

Durante los primeros días, cada vez que entraba en la cocina, mi vista se clavaba como un resorte en el cuadro, sintiéndome incómodo al verlo en esa posición, y las reacciones de las personas que lo vieron también fueron de sorpresa y extrañeza, con comentarios del tipo: ¡que se te va a caer el cuadro!, ¿esto está mal no?, ¡parece que se te ha ido la mano con el martillo!

En realidad no se me fue la mano ¡se me fue la cabeza! 🙂

Lo cierto es que llevo ya más de 10 días con el cuadro en esa posición y, aunque ya me he acostumbrado a verlo volteado, todavía me sigo fijando mucho más en él de lo que era habitual, pero me gusta la sensación por lo que, por ahora, así se va a quedar.

Como le dije a alguien que manifestó que no le gustaba: “cuando estaba horizontal ni siquiera te habías fijado en él, sin embargo ahora es lo primero que has visto, así es que… ¿te gusta el cuadro de mi cocina? “.

¿Y todo esto a qué viene señorito?

Siendo el tema de hoy el postureo, más que venir… va, pero como me apetecía contarte la paranoia, pues ya puestos voy a montarme alguna conexión paranoia-cuadro-postureo ¡porque yo lo valgo!

Podríamos convenir en que mi paranoia y el postureo parten del mismo principio: concentrar la atención sobre algo que nos interesa destacar (y por supuesto ambas tienen que ver con la palabra “postura”). Algo que por cierto, también se aplica en el ámbito de los blogs ya que, si quieres destacar entre la marabunta internáutica, has de buscar la diferencia, es decir, una identidad propia que consiga atraer la atención del mayor número de lectores posible, para luego poder seducirlos con aportes valiosos que les ayuden a solucionar sus problemas o satisfacer sus necesidades.

Y ya que estamos:

¿Qué es lo que más te gusta de mi blog? 

(Presuponiendo que te gusta claro)

[Dame buenas pistas que yo pago el café 🙂 ]

Pero vamos a centrarnos en el asunto del postureo

¿Postureo a Discreción?

Quién conozca la disciplina militar sabrá que, a la hora de desfilar, en las formaciones se adoptan una serie de posiciones predeterminadas. Una de ellas es la de “descanso”, que consiste en adoptar una posición relajada pero fija, en la que uno no puede moverse ni hablar. Pero yendo un paso más allá, existe la posición de “descanso a discreción” en la que, sin desplazarse del lugar que se ocupa en la formación, uno puede moverse e incluso hablar con los demás “formadores”.

Y es por esto que se me ha ocurrido calificar como postureo a discreción la situación generalizada de postureo a diestro y siniestro que vivimos actualmente, sobretodo en el mundillo virtual.

Cuando hablo de postureo me refiero a esa actitud de las personas que demanda la atención permanente de los demás, en base a destacar (o a inventar) ciertas facetas de nuestras vidas que nos satisfacen, y a obviar todas las demás.

No intentes huir porque no podrás esconderte ya que está por todas partes y, como pasa si te enfrentas con un oso, escapando es cuando te devorará, principalmente porque corre más deprisa que tú 🙂 .

De fiesta y postureo

[Postureando ando (y haciendo publicidad 🙂 )]

El postureo ha existido siempre solo que ahora, con los medios que nos proporciona la tecnología moderna e internet (a través sobretodo de las redes sociales, y mediante el uso de móviles, tabletas, portátiles…etc), ha adquirido una mayor visibilidad y relevancia, y se está convirtiendo en omnipresente.

Buscamos lucirnos porque nos encanta hacerlo, y la atención y el reconocimiento nos satisfacen porque en mayor o menor medida las necesitamos, siendo la recompensa que perseguimos mediante el postureo.

Destacar las facetas “happy” de nuestras vidas construyéndonos un mundo ideal a medida, es decir, posturear, está de moda, y además engancha porque la tecnología actual nos lo pone súmamente fácil.

Con página en Facebook, libros que lo analizan, y mencionado más de 1500 veces por semana en Twitter como etiqueta, el #postureo remarca el instinto del ser humano por presumir de las virtudes, aunque haya que inventarlas o fingirlas, nada importa con tal de hacer ver a los demás lo “guays” que somos.

Y aunque resulta difícil escapar de la corriente de los “me gusta”, “favorito”, o “+1” al pie de una foto o de un comentario, algunas veces puede ser precisamente esa corriente (y cuanto más fuerte mejor) la que proporcione una mayor motivación para salirse de su empuje.

Recuerdo no hace mucho, en uno de esos días en que estaba hasta la entrepierna del bombardeo de manifestaciones idílicas que me acosaban por todas partes,  el comentario que hice en Facebook al respecto acerca de cómo todo eso me hacía sentir (en ese momento, que no siempre).

[No te cortes en preguntar cómo se insertan de una manera tan molona las publicaciones de Facebook en un blog 😉 ]

Pero incluso esta actitud (mi actitud) no deja también de tener que ver con el postureo, porque en el fondo también se trataba de satisfacer la necesidad de destacar, de buscar relevancia, y de reclamar atención, aunque eso sí, la diferencia radica en que fui honesto, porque no lo fingía en absoluto, y además tampoco era algo realmente “happy” ¿no crees?

El postureo también aparece en cierta forma cuando no eres feliz viendo ese magnífico atardecer en el lugar que sea si no le sacas una foto y la compartes al momento, o cuando no sabes disfrutar de una fiesta con tus amigos porque necesitas que todo el mundo sepa que estás disfrutando de una fiesta con tus amigos.

El postureo es la dependencia del reconocimiento inmediato, y es una esclavitud del carajo.

Lo peligroso de todo esto es que estamos buscando esa recompensa inmediata (atención, reconocimiento, adulación) porque tenemos una necesidad, y cuanto mayor sea la recompensa que encontremos mayor será la necesidad, y con más frecuencia buscaremos la recompensa, creando así una total dependencia y sumergiéndonos en una especie de bucle que se realimenta a sí mismo.

El ansia constante por agradar, destacar y ser reconocido, tiene como base la baja autoestima y la inseguridad, y si además buscamos todo esto desde la falsedad y el autoengaño, lo que obtendremos a la larga es frustración y más inseguridad, agravándose así nuestra situación.

Dando de comer con frecuencia al postureo, también aparecerán los rencores, odios y envidias hacia quién pensamos que tiene una vida mucho mejor que la nuestra, hacia quién creemos que consigue todo lo que se propone porque es más listo, hacia quién nos parece que es más feliz haciéndonos a nosotros, por comparación, más desgraciados.

Te dejo un magnífico vídeo que lo expresa a la perfección.

Nos estamos convirtiendo en personajes que buscan demostrar constantemente que saben más, que leen más, que entienden más de música, de cine, de arte, o de sexo. En auténticos idiotas prepotentes que joden sus relaciones convirtiéndolas en una competición para demostrar quién es más estúpido inteligente, olvidándonos de que lo verdaderamente valioso está en abrirnos a lo mucho que otros pueden enseñarnos, y a reconocer lo mucho que nos queda por aprender.

Yo defiendo que tenemos derecho a sentirnos como nos de la gana, a expresarlo y a compartirlo si así lo deseamos, pero sin dependencias ni obsesiones insanas, y siempre desde la apertura y la honestidad.

Porque la vida es un arco iris que incluye el negro y solamente siendo auténticos, sin inventos ni fingimientos que nos perjudican creando una sociedad cínica, será la forma en que podamos evitar la “profecía” del poeta ruso Yevgeny Yevtushenko que decía:

“Y llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje.”

El artículo Postureo A Discreción, La Irrealidad Social ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Cuando La Realidad Supera Al Corazón

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Solemos decir que la realidad supera a la ficción cuando presenciamos una situación que nos recuerda lo impactante que puede resultar la vida, sin embargo, cuando se trata de circunstancias emocionalmente dolorosas y crueles, a mí me gusta mucho más decir que la realidad supera al corazón.

Sentada en soledad

 [Una chica solitaria en un mirador de Palawan Island, Singapur]

Llevo una temporadita ciertamente espeso en cuanto a ganas de escribir e inspiración se refiere, lo que supone que primero, no me apetece demasiado hacerlo, y segundo, cuando me fuerzo a intentarlo no sale nada, digamos, glorioso.

Pero como estas son circunstancias recurrentes en el blogoficio, y además estoy seguro de que van a seguir presentándose, creo que me vendrá muy bien el entrenamiento en el arte de enfrentarlas, por lo que aquí me tienes, al pie del cañón (entiéndase teclado), esforzándome para que no me despidan, digooo… para no mandar todo a la mierda.

Una de las estrategias que mejor me funciona a la hora de escribir cuando la inspiración se ha ido al caribe a bailar salsa (por lo que tardará en volver), es hacerlo sobre las propias experiencias, y aunque creas que lo que haces o te pasa no interesará ni aportará nada a nadie, te equivocas, te aseguro que hay mucha gente deseando saber cuantas veces practicas sexo y te masturbas por semana ¿a que sí?

Y además de decir muchas chorradas por párrafo cuadrado, de vez en cuando también me gusta experimentar reventando el paradigma, por lo que aquí va una de mis experiencias de la semana, seria y con mensaje por supuesto, y que, además de romper el tono que llevo hasta el momento, lo mismo hasta te sirve de algo.

Cierra los Ojos y Escucha

En la cafeteríaLa mañana de domingo es fresca que no fría, y camino buscando una cafetería en el centro que me han recomendado por su ambiente, calidez y buen café. Las puertas automáticas se abren y enseguida hago un barrido visual para localizar una mesa libre e interesante. Me acerco a la barra, saludo amablemente, pido un café con leche grande, cojo un periódico del día y voy a sentarme, reparando levemente mientras lo hago, en la presencia en la mesa de al lado de una señora de cierta edad que está sentada sola, con un café ya terminado y la mirada fija. Durante un buen rato leo la prensa y degusto mi café, observando entre medias el pulular de la gente, y escuchando fragmentos de sus conversaciones, mientras maldigo el viento que se cuela directamente hacia donde estoy cada vez que se abren las puertas de entrada automáticas, y me pregunto a cada rato por qué mi vecina solitaria permanece tan inmóvil, tan fuera de contexto, tan aislada. Varias veces me siento tentado de hablarle, de acompañarla y acompañarme, trayéndola de vuelta al presente y dándole motivos para quedarse pero, como en tantas otras situaciones, no lo hago. Al cabo de un tiempo por fin ella se mueve, girándose hacia su izquierda para recoger un objeto del suelo, se pone en pie con cierta dificultad, y se encamina hacia la puerta para salir al exterior y enfrentar un nuevo día, escrutando el espacio al frente con su bastón de ciego.

La Semana del Corazón Partío

Lo siguiente es contarte que he visto un documental de la serie “La noche temática” titulado corazones rotos, en el que se plantea que el corazón, además de ser un órgano de vital importancia (porque ya sabes que si se detiene palmas), también alberga una red neuronal propia que lo dota de cierta capacidad autónoma, y que podría darle una importante influencia en el procesamiento de las emociones.

Todo ello en contra de lo que dice la ciencia médica moderna, que sitúa al cerebro como el centro del procesamiento emocional, desmitificando la tradicional visión romántica del corazón, y quitándole el papel protagonista en cuanto a sentimientos se refiere.

El documental habla también del síndrome del corazón roto, que va asociado a lo que Alejandrito Sanz llamó “el corazón partío”, y que incluso puede llegar a causar la muerte.

Se trata de un tipo de infarto de miocardio provocado por un intenso bombardeo de las hormonas del estrés, relacionado con una situación emocional especialmente intensa, que puede ser desde un fuerte disgusto como por ejemplo la muerte de un ser querido, o una ruptura amorosa, a un gran susto, como por ejemplo soñar que te cortan el pene.

También he visto por segunda vez la magnífica película Her (que te recomiendo en versión original, porque te aseguro que la Johansson resulta todavía más sensual si solamente la escuchas), en la que el mundo de las relaciones personales y los sentimientos profundísimos envuelven todo el hilo argumental.

Una historia que consigue estrujar como pocas mi ya de por sí atribulado corazoncito, y sumirme en un estado nostálgico notoriamente asqueroso, además de que, las dos veces que la he visto, he acabado derramando acuosidades saladas por el iceberg (entiéndase nariz).

Y aún estando tan ocupado, todavía he tenido tiempo de sexo, drogas, masturbación, fútbol y rock and roll ir al cine a ver… ¿qué estreno?: corazones de acero por supuesto.

Una buena película ambientada en la segunda guerra mundial no apta para estómagos sensibles, que sin duda hace honor al título que he escogido para este artículo, y que me lleva a hablarte de otra de las estrategias que nunca falla para rellenar espacio en una publicación como esta: recurrir a tu blogoteca de artículos inspirados, rescatando alguna historia ya publicada que te haya quedado bien, y que esté relacionada con el tema que estás tratando (aunque esto último no importa demasiado).

Se trata de historias jodidamente reales y meridianamente chungas que he conocido en primera persona, y que espero te puedan ayudar a relativizar cualquier mierdosa situación que puedas estar atravesando.

Vamos con ellas pero sobretodo, no te me rompas, corazón.

Cuando la Realidad Supera al Corazón

En el bosqueSara era una chica de 19 años que estaba pasando unos días con su familia en su localidad de nacimiento. Una noche salió a divertirse con sus amigas por el pueblo y conoció a un chico que le gustaba. Charlaron y disfrutaron hasta que se fue haciendo tarde, momento en el que sus amigas decidieron que ya era hora de irse. Él se ofreció a llevar a Sara a casa si se quedaba y ella, que se sentía muy atraída, decidió confiar y aceptó. Un poco más tarde, cuando iban juntos en el coche, él cogió un desvío y se adentró en un bosque, hacia un lugar donde otros dos chicos aguardaban ocultos. Sara no podía siquiera imaginar lo que le esperaba. Fue golpeada, vejada y violada salvajemente por los tres hombres durante horas y, cuando se cansaron de abusar de ella, la dejaron allí, tirada en el suelo y abandonada a su suerte. Consiguió rehacerse, orientarse, y penosamente regresar a casa, pero desde aquello, Sara nunca ha podido mirar igual a los hijos de los hombres.

Tras la puertaSergio tenía 18 años y atravesaba por muy malos momentos en su vida. Su padre era alcohólico, autoritario y agresivo, y le pegaba con frecuencia tanto a él como a su madre. Una tarde su padre regresó a casa borracho después de derrochar todo su dinero en alcohol y apuestas, reclamando violentamente a su madre más dinero para seguir gastando. Ella se lo negó y entonces él fue a buscar un cuchillo a la cocina dispuesto a sacárselo con sangre. Sergio se interpuso y propinó un puñetazo a su padre en el estómago, lo que le dio el tiempo suficiente para escapar con su madre y encerrarse en una habitación. Su padre les persiguió y, antes de que pudiese llegar la policía que Sergio había avisado por teléfono, consiguió abrir la puerta y apuñalar a su madre en el corazón, lo que le provocó la muerte. El padre de Sergio fue detenido, juzgado y sentenciado a varios años de cárcel, pero Sergio siempre se reprocharía a sí mismo el no haber clavado el cuchillo a su padre y haber acabado con su vida, antes de que éste pudiera matar a su madre, lo cual le condujo hacia una espiral de autodestrucción que le sumergió en una existencia absolutamente miserable y vacía.

Una pesada cargaDaniel era un hombre de 46 años que vivía en una localidad pequeña y aislada, lejos de la poca familia que le quedaba y que no quería saber nada de él. Llevaba una vida dura y sobrevivía gracias a trabajos esporádicos que le iban ofreciendo en el pueblo. Su situación hizo que, poco a poco, su adicción al alcohol fuese en aumento, hasta llegar a ser considerado como un problema por sus vecinos, lo que le convirtió en un paria. Sin saber a quién recurrir y sumido en la desesperanza y el más absoluto abandono, Daniel se encerró en su casa, preparó un tazón de leche, le añadió una bolsa de veneno para ratas, se tumbó en la cama, y se lo bebió. Y siguió así durante horas, tumbado en la cama y bebiendo veneno una y otra vez, hasta que su cuerpo amaneció sin vida. Daniel seguramente no sabía, cuando empezó a beberse el veneno, que eso le aseguraba una lenta agonía, ya que fue destruyéndolo por dentro y tardó mucho tiempo en morir, pero lo que sí sabía era que estaba dispuesto a pasar por cualquier cosa, con tal de no seguir viviendo bajo la pesada losa que suponía la desesperada situación en que se encontraba.

Muerte por abandonoConsuelo vivía sola en una vieja casa de piedra situada en un pequeño pueblo de montaña de unos 300 habitantes, donde no era una excepción que las temperaturas alcanzasen, en una noche fría de invierno, los 20 grados bajo cero. Cumplidos los 56 años había pasado los últimos 28 en compañía de su marido, muerto hacía 8 meses de un aneurisma cerebral. Sus dos hijos hacía tiempo que se habían marchado del pueblo en busca de algo que llenase sus vidas, y no les veía ni hablaba con ellos desde hacía meses; las precarias líneas de teléfono del pueblo no se lo permitían, y tampoco se sentía con fuerzas para caminar 8 kilómetros hasta el teléfono público más cercano. El invierno alcanzó la montaña especialmente severo, y Consuelo luchaba por levantarse cada mañana sintiendo como el frío acampaba en sus huesos, y el dolor inundaba su alma, llevándose poco a poco los restos de su esperanza. Consumida, se incorporaba a diario con esfuerzo en la pesada cama cargada de mantas, se calzaba sus viejas zapatillas, y arrastraba con pesadez sus pies hasta la cocina de leña que calentaba la casa, y que llevaba horas apagada. La leña se le había terminado hace tiempo y no había hecho nada por reponerla, por lo que usaba como combustible los cartones de leche vacíos que compraba por cajas en la única tienda del pueblo. Su pensión no le permitía muchos dispendios, su ánimo tampoco. Su última compra, para lo único que salía ya de casa, había consistido en 48 cartones de leche y 6 paquetes de galletas: se le olvidó reponer el único mechero que tenía ya vacío de gas. Una noche especialmente fría, estando de pie en medio de su cocina, recorrió con la mirada la sucia estancia hasta que se topó con el averiado y viejo teléfono que colgaba de la pared, y recordó entonces como sonaban las voces de sus seres queridos. Cerró los ojos, bajó la cabeza, y lloró amargamente. Caminó con lentitud y pesadez hacia su habitación, se sentó en su cama, y se abandonó, muriendo en poco tiempo congelada en alma, corazón y cuerpo.

– – – – –

No sé si sonará siniestro, ni tan siquiera si resultará contraproducente, pero dedico estas 1967 palabras a mis compañeros y amigos Luismi y Javier esperando que puedan estimularles e impulsarles hacia dónde quiera que se propongan llegar.

 

El artículo Cuando La Realidad Supera Al Corazón ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Las Paradojas del Compartir: el Dilema de Gollum

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A veeer, he dormido mis ocho horas, me he levantado temprano, me he peinado para mear guapetón, me he vestido para la ocasión (nada de corbatas), la barba curiosa, estoy sentado derecho ¡Perfecto! Ya estoy listo para presentarte a mi invitada de hoy y primera colaboradora oficial del blog.

Dentro de un par de meses cumpliré los dos años escribiendo en esta página, y honestamente te confieso que no dejo de congratularme del día en que tomé la decisión de empezar a hacerlo. Son muchas las satisfacciones que me ha dado, y muchos también los beneficios obtenidos aunque, si tuviese que elegir, quizá me quedaría con la cantidad de personas increíbles que me ha permitido conocer (y que espero seguir conociendo).

Foto de AninaUna de estas personas es Anina, alguien que dice que le cuesta definirse porque entre sus señas de identidad destacan la indecisión y el darle muchas vueltas a las cosas (en lo que estoy de acuerdo con ella), pero cuya filosofía de vida y valores, espíritu crítico, sentido del humor, y capacidad de expresión, me tienen enamorado (tú también caerás).

Anina es creadora del magnífico blog aninaanyway.com representado por la frase “vive como piensas”, lo que ya te puede dar una buena pista acerca de lo que en él vas a encontrarte, porque si quieres invertir en ti, te sientes diferente, te gusta compartir, quieres mejorar, te gusta reflexionar y quieres ser más libre, te avanzo que su página te atraerá como la miel a los osos y osas, y te quedarás atrapad@ en su telaraña sin remedio.

¿Que no te lo crees?

¡Pues que ella misma te convenza!

* * * * * * * * * *

Contadores a ceroMi amigo Juan dice que una de las premisas fundamentales del blogger debe ser la honestidad. Siempre. Y en honor a ello tengo que confesar dos cosas: una buena y una mala.

La buena es que Aprendizaje y Vida es uno de mis blogs favoritos y no lo digo por ser pelota (que lo soy, pero no es por eso). Este es mi primer post como invitada y considero un pequeño triunfo personal el poder escribirlo aquí. La parte mala de la confesión buena es que eso aumentaba la presión para hacer algo digno, que mantuviese el nivel (bastante intimidante) que este blog en concreto impone en muchos aspectos.

La mala es que, mientras intentaba decidir sobre qué tema escribiría, empecé a descartar ideas porque me parecía que encajaban muy bien con mi propio blog. Y cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo me indigné muchísimo conmigo misma: más que por egoísta, por tonta. La parte buena de la confesión mala es que de ella nació el post.

A lo que he venido, compartiendo parte de mí en el espacio donde Juan se comparte, es a compartir.

Ah, compartir o no compartir, ¡he ahí el dilema!

Sígueme en TwitterCompartir ya no es sólo un gesto de solidaridad y desprendimiento. Ahora también es una especie de botoncito virtual que, por obra y gracia de su nueva forma cibernáutica, a veces es sinónimo de otras cosas menos nobles como “diseminar bulo”, “torturar amigos” o “parecer guay”.

Aunque creo plenamente en este nuevo concepto de compartir que han facilitado los medios sociales, hay que tener en cuenta que, como todos los superpoderes, puede usarse para hacer el bien o para sembrar el mal.

Yo, en mi intento de hacer el bien (aunque a veces salga mal), prefiero usarlo para sembrar la duda y por eso concebí mi blog como un espacio donde el concepto de compartir intenta lavar su imagen siendo sinónimo de pensar.

Las paradojas del compartir, el dilema de Gollum.

Tú me parecías mejorPero de este compartir se desprende una trágica paradoja. Hace unas pocas entradas, Juan lanzaba un dardo envenenado contra el boom posturero que inunda las redes. Contra la tendencia desatada a compartir un montón de información irrelevante para reforzar nuestro carisma virtual (y lo digo con doble sentido). Obviamente, no hemos aprendido nada del refranero: “Dime de qué presumes…”.

Hay personas tan generosas que comparten mucho, muchísimo… ¡todo! Aunque, como en el desierto, algunas cosas se parecen a la verdad y otras son puro espejismo. Este dardo del que te hablo, Postureo a discreción, la irrealidad social  incluye un vídeo que ilustra este extremo de forma escalofriante (te recomiendo que lo veas si aún no lo has hecho).

Sin embargo, cuando poseemos información realmente valiosa y relevante para esos amigos cansados de ver fotos de nuestra comida, puede ocurrir algo doloroso: no la compartimos.

Creo que ambos comportamientos responden a la misma causa: la competitividad. La presión social por ser los mejores en todo nos lleva a posturear con la misma facilidad que a ocultar algo que podría proporcionar éxito a alguien que no seamos nosotros. Sale el Gollum que llevamos dentro.

Y competir no se parece en nada a lo que antes significaba compartir, aunque suene parecido.

El dilema de GollumImagínate: una oferta de trabajo, un truco infalible para obtener ganancias, una receta para hacer la tortilla como tu madre o unos apuntes milagrosos para esa asignatura en la que todo el mundo palma. Todo el mundo menos tú, porque ahora serás la única persona que apruebe. Luego le sacarás una foto al tablón de notas y hale, ¡a compartirla!

Tal vez te preguntes por qué tendrías que compartir algo que tú has encontrado y que, como tal, solo tú deberías aprovechar. En ese caso sostenemos un concepto muy diferente de lo que debería ser una sociedad. Tal vez no quieras ser el único pringado que se preocupe por sus semejantes, pero entonces tampoco estamos de acuerdo en cuál es la forma más efectiva de hacer un poco mejor la nuestra: comportarte tal como querrías que todo el mundo se comportase.

Vencer o ser vencido por esa resistencia a compartir lo que consideramos que nos puede dar ventaja si lo reservamos para nosotros, es una prueba directa de nuestra condición social. ¿Generosos? ¿Altruistas? ¿Egoístas? ¿O simples posturer@s sin implicaciones morales?

Doctor, me importa un pimiento la verdad, ¿es grave?

Pero más allá del postureo o el egoísmo, lo más pernicioso a la hora de compartir es nuestra escandalosa falta de interés por la verdad. Compartimos principalmente aquello que sirve a nuestros intereses o apoya nuestras opiniones. Por eso, cuando encontramos algo que confirma nuestras teorías (hasta las más movedizas y partidistas), pasamos de comprobar su veracidad, así esté publicado en El Mundo Today.

Así funciona la políticaEsta es la compleja ecuación que aplicamos para juzgar una información como verdadera o falsa: “Si (x) entonces (y)” y “si no (x) entonces no (y)”.

Es decir: “Si me da la razón entonces es verdadero” y “Si no me da la razón entonces no es verdadero)”.

¡Pura lógica! No puede fallar…

Esta falta de interés por distinguir lo verdadero de lo verosímil o de lo descaradamente falso, no sólo responde a una vergonzosa pereza para informarse como es debido. Es mucho peor: es que no estamos dispuestos a reconocer que estábamos equivocados. Y nuestras opiniones acaban siendo una colección de falacias que ni siquiera sabemos justificar o explicar, porque sólo hemos leído algunos titulares.

Con un agravante que señalaba Mark Twain: “Es más fácil engañar al pueblo que convencerlo de que lo han engañado”. Y qué razón tenías, Mark…

“Hay una banda de rumanos que venden colonia, ¡no la huelas que es cloroformo y te roban!”

¿Te acuerdas de este bulo? Uno de los más difundidos a través de redes sociales y WhatsApp. La Policía tuvo que desmentirlo ante la alarma social que estaba generando.

Uuuuy, qué cara has puesto… no me digas que tú también lo compartiste. Bueno, no pasa nada, si prometes rehabilitarte será nuestro secreto.

Así funciona: una leyenda urbana aparece de la nada, se viraliza, siembra el pánico, cae en el olvido y pasado un tiempo vuelve para provocar el mismo efecto. Al final Nietzsche iba a tener razón con aquella ida de olla del Eterno Retorno (que parece el título de una secuela de Star Wars, pero no es exactamente eso).

En cualquier caso, no sólo es el análisis crítico lo que nos funciona mal: la memoria tampoco la tenemos mejor.

Páginas que regalan partidas enteras de iPhones desprecintados que no sirven para la venta, supuestas muertes de celebridades que siguen vivas, leer la misma noticia en varios medios y que expongan sucesos contradictorios… La lista de bulos y manipulaciones es interminable.

Compartir puede ser maravilloso.

¿Pero te imaginas por un momento, breve e idílico, lo maravillosos que sería dejar de repetir bolas para desarrollar e interconectar nuestros propios puntos de vista?

Mira bienPrepárate que ahora viene un momento friki…

En la filosofía de Ortega y Gasset cada individuo es un órgano de percepción único. Es decir, la posición que ocupas en el mundo es exclusiva: nadie puede ser exactamente igual que tú o estar en el mismo lugar que tú. Eso hace que tengas acceso a una parte de la realidad inalcanzable para los demás individuos.

La idea es que te posiciones en ese punto de vista que sólo tú eres capaz de desarrollar y dejar de adoptar sin más los puntos de vista de otros. Si en vez de competir por ver quién tiene razón o quién mola más, integramos nuestras perspectivas, estaremos construyendo entre todos la realidad, en vez de vivir en Matrix.

O como decía otro señor muy listo al que le iba mucho el drama: “sólo entre todos los hombres puede ser vivido lo humano” (y las mujeres, Goethe, y las mujeres…).

En conclusión…

Vivimos en un mundo de manipulaciones y mentiras… y lo sabes.

Si no quieres que el mundo sea así, no contribuyas a que lo siga siendo. Sé honesto, como dice Juan, e interésate por la verdad aunque sea de vez en cuando.

Conquista la sociedadPorque si no eres fiel a tu punto de vista, por mucha pereza que te dé tener que estrujarte los sesos para elaborarlo, esa porción de la realidad que sólo puede verse a través de ti permanecerá a oscuras para siempre. Nadie más en la historia de la humanidad pasada, presente o futura podrá llegar a ella. (Mira por dónde, a mí también me gustan los dramas).

– – – – –

Y todo este rollo para pedirte que empieces a pensar dos veces (o por lo menos una) antes de darle al botoncito de marras; todo para intentar que el acto de compartir vuelva a ser maravilloso.

Y tú, ¿utilizarás tu superpoder para el bien o para el mal?

¿Compartirás este post o has decidido  empezar a compartir sólo cosas que merezcan la pena?

Anina es autora del requetepensante blog aninaanyway.com, donde te sorbe la sesera y te raya la cabeza al menos una vez por semana. No esperes más y ¡dale de comer a tus neuronas!

[La imagen número 5 es propiedad de allriot.com]

El artículo Las Paradojas del Compartir: el Dilema de Gollum ha sido publicado por Anina Anyway en aprendizajeyvida.com.

17 Grandes Lecciones de Einstein: Soluciones Atómicas Para Problemas Relativos

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Hoy te traigo 17 grandes lecciones de un grande de la historia como lo fue Einstein, y que representan su particular enfoque como científico e investigador, y su filosofía de vida, lo cual le llevó a ser una de las figuras más destacadas de la historia de la humanidad.

Diccionario de palabras

[Una página del único diccionario que todavía conservo]

En el año 1905, conocido como “el año milagroso”, Albert Einstein (1879-1955) ejercía como oficial de tercera en una oficina de patentes suiza, y fue por entonces que publicó tres artículos y un anexo que revolucionaron completamente la forma en que los físicos de la época comprendían el cosmos.

En esos ahora famosos escritos aplicó lo que más tarde se resumiría en una de las frases que representan su particular filosofía:

“No podemos resolver los problemas con el mismo nivel de pensamiento que usamos cuando se crearon”.

Este enfoque de su pensamiento le permitió ser flexible incrementando su creatividad, y fantasear imaginándose que cabalgaba encima de un rayo de luz, lo cual le ayudó a romper con la idea hasta entonces vigente de un espacio-tiempo absoluto, e idear de esta forma la teoría de la Relatividad.

Durante ese mismo año milagroso Einstein también desarrolló la ecuación más famosa de la historia de la física: E=mc² (la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado), cuyas aplicaciones en la industria armamentística llevaron durante la segunda guerra mundial al nacimiento del proyecto Manhattan, y al posterior desarrollo de la bomba atómica, en el que Einstein tuvo un papel destacado.

Einstein era ya por entonces un reconocido hombre de paz, y las conocidas consecuencias de aquel programa le acompañaron el resto de su vida, de ahí que, cuando explotaron las primeras bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, sentenciara: “si lo llego a saber, me hago relojero”.

Esta experiencia hizo que reforzara su carácter pacifista, sobretodo en los últimos años de su vida, y sus contribuciones tampoco se limitaron al campo de la relatividad y las armas, ya que por ejemplo sus novedosas visiones sobre la naturaleza de la luz se convirtieron en el pistoletazo de salida de la moderna física cuántica.

Te estoy hablando de una de las figuras más relevantes y carismáticas del siglo XX, y  no solo por sus contribuciones a la ciencia, sino también por su rompedor modo de pensar e innovar. 

Y es por esto que me he decidido a investigar y profundizar en su filosofía cual teniente Colombo, para poder ofrecerte unas cuantas de las muchas grandes lecciones de Einstein.

¡Aquí las tienes!

17 Grandes Lecciones de Einstein

¿Y por qué 17?

Pues porque después de haber recopilado más de 60 perlas de este gran genio, he decidido quedarme solamente con las 17 sobre las que más me apetecía reflexionar aquí, y porque de haber puesto las 60 (y pico) quizá yo hubiera acabado de Einstein hasta el gorro, y tú de mí hasta el forro 🙂 .

¡Empezamos!

01. No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.

La curiosidad es esencial en nuestro camino de evolución y aprendizaje, porque es la que nos conduce a interesarnos por todo lo que nos rodea, cuestionándonos la realidad.

Cuando somos niños es la curiosidad la que nos mueve en busca de investigar y aprender sobre el funcionamiento de las cosas, mezclándose con la ilusión del descubrimiento, la ilusión por aprender.

Incluso, según parece, las personas que se muestran más curiosas de adultos, al margen de sus capacidades físicas, viven más años y con mejor salud mental que el resto.

La curiosidad nos permite cultivar nuestra flexibilidad mental haciéndonos fieles seguidores del aprendizaje. Cambia algo de tu rutina cada día, no dejes de probar cosas nuevas, investiga, conoce y aprende: ¡Vivirás más!

02. La memoria es la inteligencia de los tontos.

Seguro que te suena aquella frase de “la memoria es frágil”, y es que así es.

Existen hoy día muchos estudios que corroboran que cada vez que accedemos a nuestros recuerdos los modificamos en función de nuestra actual interpretación de la realidad, con lo que no estamos recordando fielmente lo que sucedió, sino nuestra reinterpretación de lo que sucedió.

En mi descacharrante artículo sobre los siete pecados de la memoria te doy algunas buenas pistas aunque Einstein, con esta frase, seguramente se estaba refiriendo a que permanecer anclados en el pasado, y en los recuerdos, sin curar las posibles heridas que nos hayan producido, resulta poco inteligente.

No se trata de olvidar, sino de sacar lecciones positivas.

El pasado está ahí para aprender de él, no para arrastrarlo como un pesado lastre durante toda nuestra vida.

03. Cada día sabemos más y entendemos menos.

Esto se refiere a lo que muchos alegan cuando dicen que prefieren seguir siendo unos ignorantes felices, que comerse la cabeza y preocuparse por aprender cosas nuevas.

Lo cual no es más que una excusa y una gran mentira, ya que lo que realmente están diciendo es que permanecen acomodados en su pésima situación porque les da miedo salir a encontrar soluciones.

Y cierto es que, cuanto el ser humano más avanza y descubre sobre la realidad y el universo, más incógnitas, caminos y posibilidades aparecen.

El saber es información, pero el conocimiento es mucho más ya que debemos llevar la información al campo de la experiencia para así poder realmente comprenderla.

Y cuanta más información descubrimos y manejamos, más nos falta por experimentar, de ahí el razonamiento de Einstein.

04. La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter.

El carácter deriva del conjunto de aptitudes con las que nacemos, las cuales vamos desarrollando con el tiempo.

La actitud, sin embargo, es la forma con la que nos enfrentamos a las vicisitudes de la vida.

Tendemos a dar más importancia a la aptitud que a la actitud, pensando que las cualidades innatas de una persona son más importantes que su actitud pero esto, tanto a Einstein como a mí, nos parece un error.

Para alcanzar nuestras metas resulta imprescindible tener la actitud adecuada, ya que nos hará falta determinación, constancia y esfuerzo para lograr muchas de ellas, y estas cualidades no vienen de serie, sino que se cultivan.

Solo con aptitud no se va a ninguna parte, pero sumando actitud a nuestras aptitudes, obtendremos resultados excelentes.

05. Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.

Esta frase está muy relacionada con la anterior en el sentido de que se trata de tener una determinada actitud ante la vida.

Por un lado está el incrementar nuestra curiosidad por aprender, y nuestra capacidad de ilusionarnos y asombrarnos con todo lo que nos rodea, y por otro agradecer el hecho de estar vivos y de poder disfrutar de todo ello.

Como digo en mi artículo sobre practicar la gratitud:

“Si esperamos despertar cada mañana es poco probable que nos sintamos agradecidos por estar vivos”.

06. Lo único que interfiere en mi aprendizaje es mi educación.

A pesar de que hoy día se están abriendo nuevos caminos e interpretaciones en cuanto a lo que debería ser la educación del futuro, lo cierto es que todavía, en la mayoría de facultades y escuelas, lo que hacen no es enseñarnos a ser mejores explotando nuestras capacidades, sino condicionarnos y entrenarnos para desempeñar el rol que más le interesa a los gobiernos.

Roger Schank, el matemático y doctor en lingüística considerado el enfant terrible de la pedagogía contemporánea, asegura que: “el aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar”.

Lo cual viene a decir que la educación ha de estar orientada a que el alumno tenga la iniciativa de aprender de forma natural, interesada y práctica, sobre aquello que mejor se le da y más le interesa, explotando así las mejores capacidades de cada uno.

Por ello un profesor no debería ser alguien que impone lecturas y hace exámenes, sino un mentor que estimula al alumno, le guía hacia sacar lo mejor de sí, y resuelve sus dudas en el proceso.

07. Me encanta viajar, pero odio llegar.

Viajar nos ofrece conocer nuevas culturas con nuevos puntos de vista, lo que abre nuestros horizontes y flexibiliza nuestra mente (si permitimos que sea flexible claro).

E incluso muchas personas, que podemos decir tienen una filosofía nómada, escogen viajar de una manera casi permanente como forma de vida.

Pues al igual que un nómada siempre tiene el deseo de permanecer en movimiento, un científico siempre lo tiene de continuar investigando, de ahí la frase de Einstein.

En realidad todos somos viajeros permanentes, ¡que es la vida sino un gran viaje! Tan solo debemos aprender la mejor forma de disfrutar de él.

Y sobre esto Einstein decía:

“La vida es como montar en bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio no puedes parar”.

08. Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes.

Una de sus frases más conocidas y repetidas, y sobre la que no hace falta decir mucho.

Si las cosas no nos salen como queremos, en vez de quejarnos debemos reflexionar sobre lo que estamos haciendo, y sobre las consecuencias de nuestros comportamientos, porque solo cuando cambiamos nuestra forma de proceder obtenemos otra clase de resultados.

Prueba y error. Causa y efecto. Así de simple (que no es lo mismo que fácil 🙂 ).

09. No podemos resolver los problemas empleando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando se crearon.

Muy relacionada con la anterior, ya te mencioné al principio cómo fue esta forma de enfocar los problemas la que llevó a Einstein a descubrir la teoría de la relatividad.

Él solía decir:

“Si yo tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, gastaría los primeros 55 minutos para determinar la pregunta apropiada, porque una vez supiera la pregunta correcta podría resolver el problema en menos de cinco minutos”.

Con esto se refiere a la importancia de la creatividad en la resolución de nuestros problemas. A la importancia de encontrar nuevos caminos mentales que nos lleven a resolver lo que hasta el momento no ha funcionado.

El religioso San Agustín lo describía de esta forma:

“Para ir a donde no se sabe, hay que ir por donde no se sabe”.

10. No permitas que tu felicidad dependa de alguien porque no siempre esa persona será como crees.

Esto viene a describir el hecho de que todos nos vemos influenciados por las expectativas que los demás tienen de nosotros, y por sus ansias de que hagamos lo que ellos quieren, y seamos como ellos quieren.

Si queremos ser felices y alcanzar nuestra mejor versión, debemos ser capaces de actuar al margen de las influencias de los demás, tomando el mando de nuestras acciones en busca de nuestro futuro.

Las expectativas ajenas nos frenan en nuestro desarrollo y nos dificultan alcanzar nuestros objetivos.

Escuchar sí, pero buscando y recorriendo nuestro propio camino.

11. Una vez aceptamos nuestros límites, podemos superarlos.

Hoy en día no dejamos de autoexigirnos más y más porque estamos todo el tiempo comparándonos con los demás y sus supuestos logros.

Pero resulta que cada cual tiene unas determinadas capacidades, y un determinado camino de vida en forma de aprendizajes, condicionamientos y experiencias.

No podemos exigirnos en función de lo que otros hayan conseguido, porque ellos no son nosotros (a veces ni parecido).

Según Einstein debemos estudiar cuales son nuestros límites y capacidades, y descubrir nuestros puntos débiles y nuestros puntos fuertes.

Una vez hecho esto estaremos en condiciones de superarnos, pero no para imitar a otros, sino para ampliar las fronteras mentales que nos hemos impuesto.

12. Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo.

Lo solemos complicar todo tanto, que la única solución que podemos adoptar para conseguir ser más felices es hacerlo más sencillo.

El primer paso que debemos dar para simplificar nuestras vidas es darnos cuenta de que muchas de las cosas que hacemos son en realidad cosas que “creemos que tenemos que hacer”, al igual que la mayoría de las cosas que poseemos son cosas que “creemos necesitar”.

Una vez que podamos distinguir un concepto del otro, estaremos en condiciones de saber qué es lo realmente importante, lo que de verdad necesitamos, y qué es aquello que nos sobra y debemos expulsar de nuestras vidas.

13. Si quieres ser un gran científico, dedícate un cuarto de hora al día a pensar todo lo contrario a lo que piensan tus amigos.

Esta frase fue la respuesta que en una ocasión dio Einstein a uno de sus alumnos.

Muchos de los grandes inventores o descubridores de la historia fueron personas que nadaban a contracorriente, con ideas realmente alejadas de lo habitual para su tiempo y sociedad.

Ser flexibles y capaces de ver el mundo desde múltiples perspectivas es la actitud que nos ayudará en nuestra tarea de abrir nuevas vías, de encontrar soluciones, y de ser grandes (más grandes 🙂 ).

14. Vivo en una soledad que podría ser dolorosa para un joven, pero que es una delicia en los años de madurez.

La vida social y compartir con los demás es algo muy necesario, pero también lo es aprender y gozar del tiempo que pasamos en soledad.

La soledad es una gran compañera cuando se trata de aprender sobre nosotros mismos, una fuente inagotable de la que mana la riqueza espiritual.

El reconocido escritor Paulo Coelho lo describe así:

“Vivir o pasar nuestro tiempo en soledad, de forma voluntaria, puede ayudarnos a descubrir una nueva forma de felicidad en nuestro interior”.

Aprender a apreciar la soledad y a estar solos, es lo que nos llevará a ser la mejor compañía para los demás.

15. Pocos son los que ven con sus propios ojos, y sienten con su propio corazón.

Tener una visión propia es sinónimo de autenticidad, lo cual no está reñido con aprender de los demás y seguir el ejemplo de aquellos a quienes admiramos.

Ser auténtico significa tener una visión propia y  vivir acorde a ella de una forma consciente y coherente, haciendo que coincida lo que pensamos, con lo que decimos, y con lo que hacemos.

En palabras del psiquiatra, investigador, y escritor Enrique Rojas Marcos:

“La persona auténtica vive como piensa”.

Igualito igualito que mi amiga Anina  😛

16. Un hombre que puede besar sin peligro a una chica mientras conduce, simplemente no está dando al beso la atención que merece.

Y ya estoy otra vez con el tema del ahora y la atención plena, pero que quieres que te diga, es que me parece algo muy importante.

Normalmente no estamos muy presentes en lo que hacemos a cada momento, sino que actuamos como autómatas sin ser conscientes de lo que sucede, ni de lo que sentimos, lo cual nos perjudica porque es una fuente inagotable de confusión e insatisfacción.

La atención plena nos ayuda a “despertar”, a estar aquí y ahora, y a sentir y disfrutar con intensidad cada acción, reconectándonos con todo lo que acontece en nuestro interior y a nuestro alrededor.

¡Para qué quieres más!

17. No es que sea más listo, es que paso más tiempo con los problemas.

La práctica hace la perfección que se suele decir, y por muchas cualidades innatas o talentos que podamos atesorar, si no los desarrollamos con una práctica constante, nunca los explotaremos del todo.

Asimismo, podemos incrementar cualquier otra cualidad en base al entrenamiento, el esfuerzo y la constancia, sea o no nuestro fuerte.

Aunque si es algo destacado con lo que hemos nacido, un gran talento, la ecuación se convierte en perfecta.

Ese es el verdadero secreto de los excelentes.

– – – – –

Et ce tout mon amie.

¿Algo que añadir?

 

El artículo 17 Grandes Lecciones de Einstein: Soluciones Atómicas Para Problemas Relativos ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Una Noche Como Todas, Una Reflexión Como Ninguna

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Una noche como todas recorro la ciudad semidesierta mientras uno tras otro los pensamientos desfilan incesantes por mi mente. Veo luces que se apagan, escucho ecos que flotan en el aire, y siento el latir de corazones desconsolados que tratan de guiar almas perdidas que aún no han encontrado el camino a casa.

Una noche como todas

Una noche como todas soy esclavo de mis emociones, fiscal de mis mentiras, abogado de mis pasiones, capitán de un barco ingobernable navegando por un mar de inquietudes, abocado al naufragio por convertir una y otra vez en fracaso lo que comenzó siendo un camino de esperanza.

Una noche como todas duermo y tengo sueños que no puedo controlar. Sueños dónde las imágenes se suceden y los escenarios cambian sin cesar, en un desfile al que no encuentro sentido cuando lo analizo al despertar, mientras aún permanece su recuerdo.

Sueños dónde sigo siendo un perfecto desconocido que se observa a sí mismo, y todavía se sorprende con su propia ignorancia.

Un pedazo de cielo perdido en un oscuro universo de contradicciones.

Una noche como todas reflexiono sobre lo importante que muchas veces es sentir, y lo molesto que otras muchas es decir, y es pensar, cuando una palabra que pronuncio arruina un instante de mi vida que ya no volverá, o un pensamiento que surge contamina una sensación que se pierde para siempre en el tiempo.

Una noche como todas, una reflexión como ninguna

“Yo estaba allí desde el primer momento, en la adrenalina que circulaba por las venas de tus padres cuando hacían el amor para concebirte, y después en el fluido que tu madre bombeaba a tu pequeño corazón cuando todavía eras sólo un parásito.

Llegué a ti antes de que pudieras hablar, antes aun de que pudieras entender algo de lo que los otros te hablaban.

Estaba ya cuando torpemente intentabas tus primeros pasos ante la mirada burlona y divertida de todos.

Cuando estabas desprotegido y expuesto, cuando eras vulnerable y necesitado.

Aparecí en tu vida de la mano del pensamiento mágico, me acompañaban las supersticiones y los conjuros, los fetiches y los amuletos, las buenas formas, las costumbres y la tradición, tus maestros, tus hermanos y tus amigos. Antes de que supieras que yo existía, yo dividí tu alma en un mundo de luz y uno de oscuridad.

Un mundo de lo que está bien y otro de lo que no lo está.

Yo te traje tus sentimientos de vergüenza, te mostré todo lo que hay en ti de defectuoso, de feo, de estúpido, de desagradable.

Yo te colgué la etiqueta de “diferente” cuando te dije por primera vez al oído que algo no andaba del todo bien contigo.

Existo desde antes de la conciencia, desde antes de la culpa, desde antes de la moralidad, desde los principios del tiempo, desde que Adán se avergonzó de su cuerpo al notar que estaba desnudo… y lo cubrió.

Soy el invitado no querido, el visitante no deseado, y sin embargo soy el primero en llegar y el último en irme.

Me he vuelto poderoso con el tiempo, escuchando los consejos de tus padres sobre cómo triunfar en la vida.

Observando los preceptos de tu religión, que te dicen qué hacer y qué no hacer para poder ser aceptado por Dios en su seno.

Sufriendo las bromas crueles de tus compañeros de colegio, cuando se reían de tus dificultades.

Soportando las humillaciones de tus superiores.

Contemplando tu desgarbada imagen en el espejo y comparándola después con las de los “exitosos” que se muestran por televisión.

Y ahora, por fin poderoso como soy y por el simple hecho de ser mujer, de ser negro, de ser judío, de ser homosexual, de ser oriental, de ser discapacitado, de ser alto, pequeño o gordo, puedo transformarte en un pedazo de basura, en escoria, en un chivo expiatorio, en el responsable universal, en un maldito bastardo desechable.

Generaciones y generaciones de hombres y mujeres me apoyan.

No puedes librarte de mí.

La pena que causo es tan insostenible que para soportarme deberás pasarme a tus hijos, para que ellos me pasen a los suyos, por los siglos de los siglos.

Para ayudarte a ti y a tu descendencia, me disfrazaré de perfeccionismo, de altos ideales, de autocrítica, de patriotismo, de moralidad, de buenas costumbres, de autocontrol.

La pena que te causo es tan intensa que querrás negarme y para eso intentarás esconderme detrás de tus personajes, detrás de las drogas, detrás de tu lucha por el dinero, detrás de tus neurosis, detrás de tu sexualidad indiscriminada.

Pero no importa lo que hagas, no importa a dónde vayas, yo estaré allí, siempre allí.

Porque viajo contigo día y noche sin descanso, sin límites.

Yo soy la causa principal de la dependencia, de la posesividad, del esfuerzo, de la inmoralidad, del miedo, de la violencia, del crimen, de la locura.

Yo te enseñé el miedo a ser repudiado, y condicioné tu existencia a ese miedo.

De mí dependes para seguir siendo esa persona buscada, deseada, aplaudida, gentil y agradable que hoy muestras a los otros.

De mí dependes porque yo soy el baúl en el que escondiste aquellas cosas más desagradables, más ridículas, menos deseables de ti mismo.

Gracias a mí has aprendido a conformarte con lo que la vida te da, porque después de todo, cualquier cosa que vivas será siempre más de lo que crees que mereces.

¿Has adivinado, verdad?

YO SOY EL SENTIMIENTO DE RECHAZO QUE SIENTES POR TI MISMO

– – – – –

[Relato autoría de Jorge Bucay]

– – – – –

La foto la saqué en mi reciente visita a Londres, durante un paseo nocturno para descubrir y admirar las delicias arquitectónicas de la ciudad, y como seguro ya sabes, se trata del Big Ben, iluminado bajo el cielo oscurecido.

Me gusta y suelo pasear de noche en solitario por las ciudades que visito, empapándome de lo que me sugieren los escenarios, las cosas y las personas con las que me encuentro, y reflexionando al mismo tiempo sobre cómo todo eso que percibo me hace sentir.

La introducción que he hecho en esta publicación al relato de Bucay, puede darte algunas pistas de sobre qué estoy hablando, y se me ocurrió incluir dicho relato porque primero, la inspiración se esfumó mucho más rápido de lo que hubiera deseado, y segundo, me parece una reflexión realmente interesante.

Te toca.

¿Sabes qué quieres y lo que crees que mereces?

 

El artículo Una Noche Como Todas, Una Reflexión Como Ninguna ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.


Si Te Acaban De Partir El Culo, La Próxima Vez Hazlo Mejor

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Acabas de meter la pata hasta el fondo en tu trabajo, y eso ha hecho que tu jefe haya reventado como un globo sobrehinchado, explotando con toda su montaña de mierda acumulada, y escupiendo improperios y mala baba en tu cara delante de todos tus compañeros.

En el cagadero

Te sientes denigrado hasta el límite, tu límite, creyendo que no vales nada, pero poco a poco ese sentimiento se va transformando en indignación, y ésta comienza a crecer acercándose al punto de ebullición, ese en el que tu propia montaña de basura amenaza también con reventar salpicando a todo bicho viviente, y presente.

Consigues contenerte y aguantar estoicamente el aluvión de gritos, vejaciones e insultos, el baño de emociones putrefactas en el que te ves sumergido, y abandonas la escena a la carrera intentando escapar del lugar antes de vomitar tus propias miserias, o de lanzarte a intentar reventar su jodida cabeza a patadas.

Sales a la calle y te das de bruces con alguien a quién conoces bien, alguien que también te conoce bien, y que te pregunta:

– ¿Estás bien?

– Joder, no, me acaban de partir el culo ahí dentro.

– Sí, bueno, sacúdete el polvo y vuelve a entrar. Es lo mejor que puedes hacer.

– ¿Por qué iba a hacer eso?

– Porque seguro que la cagaste.

– Esa mierda no viene a cuento, y lo sabes.

– ¿Te pegó?, ¿te despidió?, ¿te metió el dedo por el culo y te hizo olerlo?

– No, no lo hizo.

– Pues ya sabes, mañana hazlo mejor. Toda la vida va de intentar hacerlo mejor al día siguiente.

Acabo de describirte una escena y un diálogo muy similares a los que aparecen en un capítulo de una de mis series favoritas: Californication.

Se trata de una comedia decididamente transgresora, irreverente y delirante acerca de las vicisitudes que acontecen en la vida de un escritor cuarentón, igualmente irreverente y delirante, adicto a casi todo menos a escribir, por lo que te sugiero que, si te decides a verla, lo hagas con mente, corazón y culo abiertos. No creo que de otra forma pudieras disfrutarla.

Californication

En principio puede parecer que no hay mucho que rascar en la serie, no mucho más que disfrutar de un montón de situaciones surrealistas y mordaces, acompañadas por unos diálogos en un lenguaje escatológico en muchas ocasiones. Pero como habrás podido comprobar en el ejemplo que te he puesto, es bastante más, y por eso te la estoy recomendando, ¿no te habías dado cuenta?

Si te acaban de partir el culo…

Dentro de mis propias experiencias puedo asegurarte que me han partido el culo, el corazón y también la cara, en más de una ocasión. La he cagado (y sigo cagándola) de mil formas diferentes. He fracasado en mis relaciones con familia, amigos, parejas y hasta conmigo mismo, en los estudios, en el trabajo… Incluso he tocado fondo mirando de frente a la muerte.

Nací con el culo partido, al igual que tú, y las experiencias vitales nos recuerdan que así es como debe seguir.

¿Que si pudiese cambiaría todos esos “fracasos” y “malas” experiencias?

¿Que si pudiese me trasladaría en el tiempo para “instruir” a mi joven ego?

¡Por supuesto que no joder!

Como ya he explicado en otros artículos

No cambiaría nada de mi pasado porque soy lo que soy ahora gracias a lo que me ha sucedido antes.

¿Acaso crees que si pudieras cambiar tus acontecimientos o decisiones pasadas eso mejoraría tu actual vida?

Si es así deja que te diga una cosa:

¡No tienes ni idea!

¿Eso te ha dolido?

Nada comparable al daño que te haces a ti mismo creyéndote el cuento.

Además de que por ahora es imposible, no existe certeza alguna que te garantice que poder cambiar cualquier cosa de tu pasado, mejoraría tu presente, y creer que sí tan solo te convierte en alguien cobarde e incapaz de afrontar sus circunstancias.

Enfréntate a la realidad, asúmela, acéptala y acéptate, compréndela y compréndete. Aprende lo que tienes que aprender de tu pasado y…

La próxima vez hazlo mejor

Ten muy en cuenta que como más se mejora es cagándola, y de largo.

Como sostienen los que siguen la filosofía estoica, entre los que me encuentro:

“La clave de nuestro crecimiento personal radica en aprender de la adversidad, esencialmente porque, aunque nos lo parezca o no lo queramos ver, las dificultades que se nos presentan en la vida no son ni injustas ni un castigo, sino muy necesarias, ya que representan una magnífica oportunidad de descubrir y fortalecer todas nuestras virtudes”.

Quién no es capaz de asumir y aceptar sus cagadas es quién se enfrenta al verdadero fracaso.

El fracaso de querer cambiar lo que ni se puede ni se debe cambiar, el fracaso de no saber interpretar sus experiencias para tratar de alcanzar su mejor versión.

¿Acaso estoy diciendo que resulta fácil?

NO

Pero sí que es el camino más directo y eficaz si lo que quieres es mejorar tu situación, incrementando tu bienestar y tu calidad de vida.

Deja de pelearte con lo que es y empieza de una vez a…

Expulsar el Veneno

Como una especie de metáfora sujeta a mil interpretaciones, y para terminar de animarte a que veas la serie de la que te he hablado, te dejo con una descripción de otra de sus “particulares” situaciones.

Tienes un hijo adolescente que está obsesionado con su primera “función” sexual, y que se comporta como un degenerado, con brotes de depravación bastante evidentes. Tu preocupación crece, ya que no lo ves muy capacitado para solucionar el problema por su cuenta porque no te parece muy agraciado ni física ni intelectualmente, y su obsesión sigue creciendo con cada día que pasa, llevándole por el mal camino (o por lo menos por el camino que tú no quieres).

Decides que lo mejor que puedes hacer para intentar encauzar la situación, es pagarle un servicio sexual con una prostituta, intentando que así desaparezcan sus bloqueos y por fin pueda aclararse y despegar, enfocándose en las “otras necesidades” de la vida.

Él acepta encantado, pero “que no se entere mamá”. Y una vez consumado el acto y concluida la función, tiene lugar entre los dos el siguiente diálogo:

– ¿Cómo te sientes hijo?

– Increíble. Es como si tuviera la puta cabeza despejada ahora mismo. Como si entendiera la relación entre las putas mierdas del universo mucho mejor. Como si de verdad pudiera resolver algunos de los mayores problemas del mundo.

– Has expulsado el veneno.

– Sí, exacto. ¿Y cuánto va a durar esta sensación?

– Como seis o siete minutos.

– Mierda, mejor disfrutarlos entonces.

Eduardo Punset seguramente diría: “es fascinante”. Pero como imagino que tú no lo eres (Punset me refiero, fascinante estoy seguro que sí 😉 ), espero que me hagas llegar una, la tuya, de las mil interpretaciones que pueden hacerse…

¡Soy todo ojos!

– – –

La foto de portada es uno de los “cagamearios unisex” en peligro de extinción con que me he topado últimamente. Sin duda mucho mejores que los que hay ahora (aunque te salpiques un poco los zapatos 🙂 ).

El artículo Si Te Acaban De Partir El Culo, La Próxima Vez Hazlo Mejor ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Abróchese El Cinturón… Mientras Esté Pensando

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Hechos acaecidos el 8 de noviembre de 2015 en el vuelo número VY8223, con salida de París (Francia) y destino en Santiago de Compostela (España). Cualquier parecido con la ficción es pura coincidencia. Si no se considera preparado para enfrentar la cruda realidad, NO siga leyendo. Las consecuencias podrían alterar irremediablemente su vida.

Abróchese el cinturón

El jodido pensamiento no me deja descansar, eso suponiendo que el pensamiento y yo no somos la misma cosa.

No desprecio la individualidad, tan solo me parece una ilusión de independencia, una falacia encubierta, un falso ideal.

No somos. Existimos.

Eso es todo.

Eso es todo

Vomito ideas como hace dos noches vomité comida de mierda, para a continuación eyacular por el retrete.

Hechos que me recuerdan lo básico, lo que impera, lo que dicta sentencia.

No Soy Especial.

Tú Tampoco.

No soy especial

Y piensas, y piensas, y sigues pensando.

Qué mas da. Sabes que estás perdido.

Ni siquiera por donde entraste te sacará de este jodido callejón.

Y crees que no te importa, o te importa que no crees.

Eres pura contradicción.

Asúmelo.

Asúmelo

Vuelas a menudo, pero no tienes puta idea de cómo aterrizar.

Ser auténtico es darse de hostias con frecuencia contra lo que tú crees que los demás piensan sobre ti.

No eres auténtico.

Yo tampoco.

No eres auténtico

¿Por qué estas leyendo esto?

¿Te interesa mi basura mental?

Eso parece.

Huele que alimenta.

Y además es gratis, porque te la regalo.

Toda para ti.

Disfrútala.

Disfrútala

¿Te asusta la muerte?

A mí también.

Aunque no me de cuenta, o no quiera reconocerlo.

¿Y sabes qué?

Yo también me asusto, y tú también me asustas.

Enfrenta la realidad.

No seas cobarde.

No seas cobarde

La vida no se elige, no se gana, no se pierde.

No viene, ni va, ni pasa.

La vida solo es…

una sentencia de muerte.

Y no podrás evitarlo.

Resígnate.

Te veo allí.

Te veo allí

***Dedicado a los que van a morir***

El artículo Abróchese El Cinturón… Mientras Esté Pensando ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Pagando Por Ello: Sexo, Verdades y Prostitución

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Pagando por ello es un cómic creado por el dibujante canadiense Chester Brown en el que, a partir de sus propias vivencias, reflexiona de una manera profunda sobre las relaciones de pareja, el amor romántico y la prostitución, sometiendo a un análisis racional y coherente todos aquellos planteamientos que a menudo surgen en estos ámbitos donde las necesidades sexuales se hayan muy presentes.

Portada de pagando por ello

Seguro ya sabes que en mi trilogía de artículos sobre la sabiduría de amar he tratado extensamente el tema de las relaciones de pareja, analizando el papel que en ellas desempeñan factores como el amor romántico, el apego, la autoestima o la dignidad; pues bien, hoy te traigo una obra en formato cómic que nos muestra claramente el nexo existente entre este tipo de relaciones y un asunto delicado como es la prostitución: la necesidad de sexo.

Pagando Por Ello

Pagando por ello (por sexo se entiende) es un cómic muy personal con un dibujo extremadamente sencillo y expresivo que se convierte en una de sus virtudes, y que aborda con suma naturalidad los delicados temas mencionados dadas sus amplias implicaciones morales. Claro, directo, racional y reflexivo son los adjetivos que se me ocurren para empezar a describirlo.

Al estar basado en la experiencia propia de su autor a lo largo de varios años, nos enseña como es la evolución real de esta persona en sus relaciones personales, sobretodo en los campos de lo emocional y lo sexual, y cuales son las inquietudes y contradicciones que debe enfrentar, y sus sesudas reflexiones al respecto. Una especie de búsqueda personal de equilibrio entre los dos fieros contendientes (emociones y sexo).

Empieza planteándose el por qué las relaciones de pareja han de estar “sometidas” al paradigma del amor romántico, y cuales son las consecuencias que ello tiene para las personas implicadas, reflexionando sobre otras alternativas para relacionarse a su modo de ver mucho más sanas y coherentes.

Diría que su postura es de una lógica aplastante y un “zas en toda la boca” a la idea tradicional de que el romanticismo y su “forma de amar” debería imperar en nuestras relaciones para llevarlas a buen puerto, aunque yo ya tenga bastante claro que el “hasta que la muerte nos separe” lo que consigue más bien es que vayamos a la deriva.

Páginas de pagando por ello

Reconociendo el autor que no es ningún Adonis, ni tampoco demasiado diestro en el complicado asunto del ligoteo, pero que desea seguir satisfaciendo con regularidad sus necesidades sexuales con las mujeres, nos introduce el sexo de pago en la ecuación.

Y es a través de su iniciación y posterior travesía por el mundo de la prostitución, bastante extensa y muy bien detallada (tanto narrativa como gráficamente), que pone sobre la mesa la multitud de estigmas y de dilemas morales que existen en torno a este asunto, reflexionando sobre ellos de una manera argumentada y coherente.

Páginas de pagando por ello

A lo largo del cómic deja muy claro que su postura está a favor de la normalización de la prostitución (que no de su legalización), y que ésta sería la mejor forma de solucionar la mayoría de los males que actualmente la aquejan, y que condenan a muchas de las mujeres que la practican a la esclavitud sexual y/o al ostracismo social (y también a los hombres por cierto).

La prostitución es un tema de raíces tan antiguas como siempre de actualidad, siempre polémico, por lo que si te apetece darle un repaso actual a través de una mirada racional y reflexiva, a veces transgresora, pero siempre argumentada, no dejes de leer este cómic.

Y si te estás preguntando si “pagando por ello” te va a servir para masturbarte, la respuesta es que sí, ya que se trata de un masaje intelectual en toda regla que culmina en un clímax de absoluta masturbación mental. Y ni se te ocurra pasar sin leer los apéndices y las notas finales, que lo mismo te quedas a medias, y ya sabes lo mucho que eso incomoda 🙂 .

Por si aún tienes dudas, para terminar de animarte a leerlo te dejo un análisis un poco más exhaustivo realizado sobre él en uno de mis magazines favoritos.

El cómic puedes encontrarlo por ejemplo aquí

Sexo, Verdades y Prostitución

Muy relacionado con los temas que aborda el cómic, me he topado recientemente con una entrevista muy interesante realizada a una prostituta independiente que ejerce libremente, y que empieza de la siguiente forma:

“Prostituta independiente que no lleva una vida secreta. No sigo las normas sociales. Un poco cavernícola. Siempre hago lo que quiero”. Así se presenta Natalia Ferrari Díaz (Tandil, Argentina, 1992) en su perfil de Twitter. Residente en Barcelona desde hace una década, mantiene una web personal y publica regularmente textos divulgativos para acabar con los estigmas que rodean a la prostitución. Natalia recibe en pisos, va a hoteles y habla con naturalidad de la profesión que ha elegido, de su pensamiento feminista y de la necesidad de diferenciar entre prostitución y trata.”

Te lo menciono porque también te recomiendo encarecidamente su lectura. Su enfoque no tiene desperdicio además de que coincide casi totalmente con los planteamientos expresados en el cómic, y con los que yo mismo me identifico. Y para muestra…

“La trata y la prostitución son dos cosas distintas. Si yo te ato una cadena al pie y te obligo a cocinar, tú no eres un cocinero y tu situación no es representativa de esa profesión. Si no dejas que las asociaciones sean portavoces, estás negando la realidad de esas mujeres, y estás negando sus derechos sociales y laborales, estás fomentando el estigma, estás animando a que tengan una doble vida y que vivan con la sensación de que están haciendo algo horrible y de que nadie las va a querer y de que no van a tener oportunidades en su vida. Tienes que dejar que esas asociaciones eduquen a los clientes, eduquen a las putas… y que contra la trata se luche legalmente, porque es otra cosa.”

Y como una cosa lleva a la otra (por lo menos en mi caso 🙂 ), esta entrevista me ha conducido a otro artículo escrito por esta misma chica titulado 10 consejos para ser un buen putero, dónde se dedica a hacer recomendaciones de conducta a los hombres que demanden este tipo de servicios porque, según ella misma argumenta:

“Después de dos años me he dado cuenta de que es necesario educar a los clientes. Y también para contrarrestar las cosas públicas que hay sobre la prostitución, porque es muy común que algunos clientes escriban experiencias que han tenido con las putas. Desde el anonimato es normal que digan barbaridades. Entonces, si tú no sabes nada sobre la prostitución y te encuentras eso, ¿qué vas a pensar?. Es normal que haya gente que piense “ninguna mujer quiere eso”. El problema es que mis clientes no son así, pero no escriben en foros. O escriben en foros de esa manera porque eso es lo que creen que tienen que hacer. Me parece injusto que el retrato de la prostitución lo creen personas que puntúan mi cara del 1 al 10.”

Y cuya introducción es la que sigue:

“Se llama putero a quien consume prostitución. Sin más. No implica una periodicidad continuada ni tiene ninguna connotación negativa a no ser claro, que se la añadas. En caso de que lo hagas no estaría de más preguntarte por qué. Como cliente puedes abrazar el término o rechazarlo, mi opinión personal es que cuando hacemos lo segundo el resto del mundo encuentra el derecho de apropiase de él y al igual que han hecho con la palabra puta, lo convierten en algo malo. Porque no me parece justo, me niego a usar eufemismos ridículos. Como humano puedes denominarte a ti mismo como quieras, faltaría más, pero si estás pensando en pagarle a una prostituta o alguna vez lo has hecho, te estoy escribiendo a ti.”

¿Todavía no te he convencido para “devorar” todo este material?

Pues nada, lo dejo entonces en sus manos… (o en algo suyo por lo menos 😉 )

Natalia Ferrari

[Foto de Natalia Ferrari]

El artículo Pagando Por Ello: Sexo, Verdades y Prostitución ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Cita Con El Destino: Quédate En Tu Cabeza Y Estás Muerto

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Cita con el destino es uno de los más reconocidos seminarios motivacionales que Tony Robbins imparte a lo largo y ancho del mundo, y “quédate en tu cabeza y estás muerto” una de las muchas frases que Tony suele regalar a su audiencia. ¿Que no te suena de nada? Anda, pasa y te cuento algunos detalles.

Cita con el destino

Fue a través de Twitter que hace poco llegué a un estupendo artículo de María Mikhailova en el que recomendaba con pasión el documental No soy tu gurú, acerca de uno de los seminarios motivacionales más reconocidos del coach y motivador Tony Robbins denominado…

Cita con el destino

En su artículo María te explica de maravilla lo que vas a encontrarte en dicho documental, analizando de paso con profundidad algunas de las claves motivacionales y transformadoras que para ella en él se muestran, por lo que te recomiendo leerlo si te interesa el tema.

¿Alguna pista?

Se trata de un intenso seminario presencial de 6 días consecutivos de duración, de 12 horas cada día, con unos 2500 asistentes de más de 70 países, y que te regalan sobretodo emociones en forma de pasión, fuerza, exaltación, dolor, sufrimiento, lágrimas, amor, agradecimiento y sobretodo transformación, muchas transformaciones.

María también te cuenta cómo puedes verlo a través de la plataforma Netflix, cosa que sin embargo yo no hice, ya que pude encontrarlo en youtube, algo que tú también puedes hacer realizando una sencilla búsqueda 😉 .

Por mi parte decir que me ha parecido un documental excelente, con una realización impecable y un mensaje profundo, tan intenso que me ha tocado la fibra hasta el infinito y más allá, consiguiendo emocionarme hasta el llanto en más de una ocasión.

Y sobre Tony Robbins decirte que es, entre otras muchas cosas, uno de los autores sobre desarrollo personal que primero entraron en mi mundo cuando, llegado el momento, creció mi interés y mis ganas de evolucionar como persona con el fin de intentar mejorar mi bienestar y mi vida.

Estas son las cuatro perlas suyas que he leído hasta el momento, y que sin duda te recomiendo:

Libros de Tony Robbins

Tony es un gran motivador que me gusta mucho, y con el que me identifico debido a la forma que tiene de expresarse y de interaccionar con las personas al usar un lenguaje muchas veces vulgar o soez, el humor, y unas formas también bruscas que seguro a muchos no les parecerán nada correctas (igualito que yo, vamos 🙂 ).

Pero son precisamente esas formas y ese lenguaje lo que le hace destacar y tener éxito en lo que propone, consiguiendo que las personas accedan a los recursos exactos que necesitan en ese momento para dar el salto y obtener los resultados que desean, consiguiendo transformaciones realmente asombrosas, algunas de las cuales podrás ver en el documental.

Aunque por otra parte también creo que la mayoría de la gente que asiste a este tipo de seminarios lo hacen con una predisposición, inquietudes e historias personales que promueven mucho la conexión a un nivel emocional muy profundo, tanto entre ellos como con el propio Robbins y su equipo, lo cual facilita en cierto modo la tarea… o no.

Yo mismo estuve cerca de asistir a uno de sus seminarios en Londres hace unos años, pero al final no fui lo suficientemente valiente, o no estaba lo suficientemente desesperado.

Para mejorar en la vida se necesita inspiración o desesperación. Tony Robbins.

¿Por Qué Haces Lo Que Haces?

Durante el documental Robbins contesta algunas interesantes preguntas sobre sí mismo, como por ejemplo acerca de por qué hace lo que hace, y qué es lo que lo mueve a hacerlo, ante lo cual argumenta:

Para mí es una auténtica obsesión hacer todo lo que esté en mi mano para que la gente deje de sufrir. La obsesión de abrirse paso, la obsesión de ayudar. Soy adicto a ella porque me hace sentir que mi vida tiene un significado profundo.

Es el sufrimiento en mi propia vida lo que no me permite que nadie más sufra si es que puedo hacer algo sobre eso. Sé cómo se sienten y no quiero que nadie se sienta así.

¿Qué nos está diciendo con esto?

Ni más ni menos que está obsesionado porque es un adicto a la satisfacción y bienestar personal que hacer lo que hace le genera, lo cual está motivado por sus particulares experiencias en cuanto al sufrimiento se refiere, por su entrega y sacrificio, y por sus capacidades innatas y cultivadas para comunicar y conectar con los demás.

Esto nos revela un mensaje profundo acerca de lo que en última instancia nos mueve cuando hacemos o perseguimos algo, incluso cuando somos altruistas, generosos o solidarios con los demás.

Lo que digo es que, en el fondo, lo que nos mueve incluso cuando somos altruistas tratando de ayudar a otros, es nuestra propia satisfacción y bienestar, nuestro placer, nuestra recompensa.

Somos altruistas porque proporcionar bienestar a otros nos lo proporciona a nosotros mismos.

Y el propio Robbins no es ninguna excepción, y así lo reconoce.

El dolor es una bendición

En cuanto a la afirmación que hace acerca de que el dolor es una bendición he encontrado una cierta incongruencia.

Por un lado Robbins nos dice que nuestras peores experiencias, que suelen ir acompañadas de mucho dolor y sufrimiento, son una bendición ya que nos ayudan a ser más conscientes, a crecer y a desarrollar empatía y compasión por los demás, pudiendo así pasar a ayudarlos de la mejor manera posible.

Pero por otro lado el afirma que su obsesión es hacer todo lo que esté en su mano para que nadie más tenga que sufrir nunca.

Pues como lo consiga adiós consciencia y crecimiento me parece.

Porque si con tu “misión en la vida” te dedicas a intentar erradicar el sufrimiento, ¿no estás también cortando la supuesta progresión de las personas hacia su mejor versión?

Entiendo su enfoque y estrategia, lo que quiere transmitir y su necesidad de hacer lo que hace, porque de algún modo yo también siento esa misma necesidad, pero no creo que todas nuestras malas experiencias sean positivas o aprovechables, de hecho muchos no las pueden ni contar, aunque sí que puedan servir para los que se quedan.

¿Que quizá si considerasen esas difíciles situaciones como si fuesen una bendición las superarían?

Quizá.

Humanos para lo Bueno, Humanos para lo Malo

En otra de sus intervenciones Robbins se encuentra con la desgarradora historia que le relata una chica brasileña que ha sufrido todo tipo de abusos desde la infancia, la cual le provoca un auténtico torrente de emociones que le conducen al llanto (a él y a mí debo añadir).

Preguntado por qué sintió en ese momento responde:

“Lo que le hicieron fue inhumano.”

Pues tengo que decir que a mí no me lo parece. Más bien todo lo contrario porque esos comportamientos son específicamente humanos.

Solemos recurrir al término “humanidad” refiriéndonos exclusivamente a las cualidades que consideramos positivas, como pueden ser la empatía, la solidaridad o el amor, y dejando de lado otras cualidades no tan bondadosas que sin duda también son muy “humanas” tales como el odio, el rencor o el desprecio, por mencionar algunas.

Yendo incluso más lejos solemos decir que algo es “inhumano” (como hace Robbins) cuando nos parece que es tan terrible y difícil de asimilar que no queremos asociarlo a nuestra condición. Pero son precisamente esas conductas odiosas las específicamente humanas.

Es lo que hay.

Las emociones y el intelecto humanos están presentes en las conductas hermosas y en las repugnantes, en las admirables y en las despreciables, en las historias felices y en los peores dramas.

Para bien y para mal eso es humanidad.

Reconozcámoslo de una maldita vez y comuniquemos en consecuencia.

Quédate en tu cabeza Y estás muerto

Esta es otra de las frases que más tiempo permaneció navegando por mi mente después de ver el documental, precisamente porque un pensamiento se empeñó en circular una y otra vez por un camino de ida y vuelta con muchas curvas:

“Estoy muerto joder… estoy muerto…”

¿Y qué nos dice?

Nos dice que nuestra inteligencia en forma de increíble capacidad para racionalizarlo todo, puede ser también una sentencia de muerte en vida, o directamente matarnos, si es que no somos capaces de armonizarla con nuestras emociones, con eso que solemos llamar “el corazón”.

Mírate al espejo y date cuenta de que, a quién ves, es y va a seguir siendo tu mayor enemigo por el resto de tu vida.

Esta maravillosa frase que aparece en un diálogo de la película Creed, la leyenda de Rocky, esconde en cierto modo la misma verdad.

Tenemos un cerebro poderoso, con unas capacidades asombrosas que pueden conducirnos a obtener logros impresionantes, pero al mismo tiempo puede ser un cabronazo que nos limita hasta hacernos de lo más infelices, consiguiendo que nos encaminemos hacia el más profundo de los abismos.

Son emociones como el amor, la pasión, el sufrimiento, la alegría o la tristeza, las que más nos impulsan a la hora de pasar a la acción en busca de un objetivo, las que consiguen movilizarnos y que perseveremos, las que promueven la empatía, la solidaridad y la cooperación para conseguir aquello que nos propongamos.

Todo lo que precisamente Robbins usa con gran maestría en sus transformaciones.

Nuestro jinete racional y nuestro elefante pasional deben caminar juntos en la misma dirección.

El jinete aporta la guía y el rumbo, el elefante la fuerza y la motivación.

¿Qué necesito para ser feliz?

Dice Robbins que cuando la gente le pregunta qué se necesita para ser feliz siempre responde lo mismo:

PROGRESO

Y estas son sus claves:

El progreso equivale a felicidad incluso si no estás dónde quieres estar.

Si estás en el camino, si estás progresando, te va a encantar porque te vas a sentir vivo.

No importa cuan exitoso seas, si dejas de crecer, empiezas a morir por dentro.

En lo que te enfocas afecta masivamente a cómo te sientes, ya sea si estás prosperando o sobreviviendo.

Enfoque equivale a poder.

Si te enfocas en tu pasado, en lo que no puedes controlar, en lo que te falta, eso te hará sentirte frustrado, abrumado y deprimido.

Si quieres progresar tienes que enfocarte en lo que tienes y en lo que puedes hacer.

 Debes encontrar una historia que sea lo suficientemente poderosa para pasar a la acción, una historia que te permita realizar tu progreso.

Porque con una historia mediocre nunca encontrarás la estrategia, y seguirás con las mismas excusas de que no puedes hacerlo.

• Eso significa que no te has comprometido a dar todo lo que tienes, a quemar tus naves.

Si quieres salvar tu jodida isla, quema todas tus jodidas naves.

Porque cuando la gente está entre morir o conseguir el éxito, tiende a conseguir el éxito.

De Vuelta a Casa

Respiras porque estás vivo, cierto.

Pero es aprendiendo a respirar mejor que podrás VIVIR con mayúsculas.

Cierra los ojos y pon las dos manos sobre tu corazón.

Respira profundo y siente sus latidos, su fuerza.

Siente la emoción de estar aquí y de ser quién eres.

Siente la gratitud por un pasado que te ha llevado hasta aquello en lo que te has convertido.

Cuando se sana al niño es cuando aparece el hombre.

Grita por haber descubierto quién eres en realidad.

Y que ese sonido te acompañe para siempre.

 

El artículo Cita Con El Destino: Quédate En Tu Cabeza Y Estás Muerto ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Encantado de Conocerme, Y de Desnudarme… o No

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Encantado de conocerme es el título de uno de los últimos libros que he leído y que me ha dejado huella por los grandes descubrimientos que a través de él he podido realizar. Un motivo perfecto por el que crear este artículo con el fin de compartir contigo algunos de sus tesoros ¿no crees?

Encantado de conocerme

Empiezo por contarte que el autor de encantado de conocerme es el escritor y conferenciante Borja Vilaseca, un tipo con una historia personal cuando menos inquieta, de tempranas búsquedas y descubrimientos, y que afirma haber encontrado el propósito de su existencia que define como…

Democratizar la sabiduría, haciendo accesible el conocimiento para que otros buscadores aprendan a ser felices y sepan para qué están aquí, emprendiendo una función profesional útil, creativa y con sentido al servicio de los demás.

No sé a ti pero a mí me suena realmente bien, sobretodo cuando menciona a otros buscadores, lo que yo entiendo como personas para quien su vida es una búsqueda, porque te aseguro que me siento identificado con eso.

Volviendo al libro decir que aborda el tema del desarrollo personal partiendo de la base de que, para avanzar con paso firme, resulta fundamental mejorar en el conocimiento de la personalidad propia, el averiguar quién y cómo somos realmente, qué es lo que nos ha llevado hasta este estado, y proponiéndonos para conseguirlo una herramienta denominada Eneagrama.

Portada libro

El Eneagrama

Podría (y voy a) definir el eneagrama como un manual de instrucciones de la condición humana mediante el cual podemos comprender las motivaciones profundas que hay detrás de nuestras conductas y actitudes. Una especie de guión más o menos estructurado que puede guiarnos dentro de nuestro laberinto mental y emocional.

Un mapa de nuestra personalidad que nos ayudará a conocer por qué y para qué somos una parte ego y otra esencia, enseñándonos a diferenciar cual es una y cual es la otra, y cómo podemos armonizarlas para identificar y trascender nuestras limitaciones y condicionantes en pos de alcanzar nuestra mejor versión.

Una herramienta que no solo nos ayudará en el conocimiento de nuestro mundo interior, sino también en el del mundo interior de los demás, comprendiendo por qué piensan y se comportan como lo hacen, y contribuyendo de esta forma a mejorar nuestras relaciones en cualquier ámbito.

Actualmente se considera una herramienta tan útil y práctica que incluso está siendo utilizada por psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas, coachs y otros profesionales relacionados con el fin de darle un enfoque más objetivo a sus terapias. Incluso departamentos de recursos humanos de empresas están utilizando el eneagrama para desarrollar la inteligencia emocional de las personas que trabajan en ellas.

Pero como dice el propio Borja, y no puedo estar más de acuerdo…

No te creas nada de lo que estoy diciendo hasta que lo hayas comprobado por tu propia experiencia.

9 Eneatipos

Según el eneagrama venimos a este mundo con un modelo mental predeterminado, una estructura mental innata en forma de carácter (esencia) a partir de la cual, y por medio de las experiencias vitales, se va conformando nuestra personalidad (ego).

Todos nacemos con nueve cualidades o virtudes inherentes a nuestra condición humana:

  • Serenidad
  • Humildad
  • Autenticidad
  • Ecuanimidad
  • Desapego
  • Coraje
  • Sobriedad
  • Inocencia
  • Acción consciente.

Sin embargo es solamente una de estas cualidades la que determina en mayor medida nuestra esencia, nuestro modelo mental predeterminado.

En estos principios se basa el eneagrama para hablarnos de nueve eneatipos, es decir, nueve modelos mentales, esqueletos psicológicos o tipos de personalidad, que rigen todos nuestros comportamientos.

Los nueve eneatipos se clasifican a su vez dentro de tres tríadas:

  • Sentimiento
  • Pensamiento
  • Instinto

Las cuales representan los tres centros vitales que todos albergamos en nuestro interior:

  • Emocional
  • Intelectual
  • Visceral

La tríada a la que pertenecemos nos muestra cual es el componente de nuestra psique que está más tiranizado por nuestro ego. El lugar de nuestro cuerpo (corazón, cabeza o vientre) desde donde surge la primera reacción automática de nuestro ego, así como el centro vital dominante en el que se concentran nuestros problemas y conflictos emocionales.

De esta manera la clasificación de los eneatipos es como sigue:

TRÍADA DEL SENTIMIENTO (centro emocional)

Eneatipo 2

Ego: El ayudador (agradador, complaciente, salvador, manipulador, orgulloso, victimista, adulador y dependiente).

Esencia: Humildad (afectuoso, generoso, bondadoso, independiente, empático, altruista, amoroso y libre).

Eneatipo 3

Ego: El triunfador (eficaz, camaleónico, vanidoso, ambicioso, competitivo, presumido, falso y adicto al trabajo).

Esencia: La autenticidad (emprendedor, motivador, honesto, admirable, valioso, conectado, estimulador y competente).

Eneatipo 4

Ego: El especial (trágico-romántico, artista, melancólico, soñador, incomprendido, egocéntrico, desequilibrado y dramático).

Esencia: La ecuanimidad (equilibrado, profundo, original, creativo, revelador, sensible, objetivo y realista).

TRÍADA DEL PENSAMIENTO (centro intelectual)

Eneatipo 5

Ego: El observador (frío, distante, solitario, racional, austero, ermitaño, teórico y reservado).

Esencia: El desapego (visionario, sabio, cercano, comprensivo, interdependiente, innovador, curioso y comprometido).

Eneatipo 6

Ego: El dubitativo (desconfiado, inseguro, miedoso, preocupado, indeciso, pesimista, cobarde y ansioso).

Esencia: El coraje (fiel a sí mismo, tranquilo, inspira valores, sólido, digno de confianza, valiente, heroico y que tiene fe).

Eneatipo 7

Ego: El entusiasta (gracioso, planificador, hedonista, hiperactivo, insaciable, superficial, disperso y glotón).

Esencia: La sobriedad (alegre, natural, agradecido, calmado, maduro, vital, presente y dichoso).

TRÍADA DEL INSTINTO (centro visceral)

Eneatipo 8

Ego: El desafiador (desenmascarador, protector, justiciero, jefe, vengativo, agresivo, controlador y duro).

Esencia: La inocencia (justo, magnánimo, tierno, intuitivo, líder, sensato, constructivo y poderoso).

Eneatipo 9

Ego: El indolente (‘nadie especial’, perezoso, mediador, acomodado, invisible, apático, escuchador y pasivo).

Esencia: La acción consciente (sanador, resistente, participativo, enérgico, sosegado, dinámico, proactivo y pacífico).

Eneatipo 1

Ego: El reformador (perfeccionista, juez, idealista, exigente, impaciente, intolerante, moralista y prepotente).

Esencia: La serenidad (íntegro, discernidor, inspirador, aceptador, disciplinado, relajado, compasivo y flexible).

Los 9 eneatipos

– – – – –

Existe un procedimiento específico que debe seguirse para descubrir con exactitud cual es nuestro eneatipo, además de diversas interacciones y derivaciones entre ellos (que se muestran en la foto superior), pero no quiero extenderme tanto con este artículo, por lo que te recomiendo que leas “encantado de conocerme”, cualquier otro libro sobre el eneagrama, o busques en internet información si quieres conocer mas detalles.

Aunque también puede que tú y yo pertenezcamos al mismo eneatipo, con lo cual lo que viene a continuación quizá te resulte más que interesante.

Encantado de Conocerme, Y de Desnudarme

Ha llegado el momento de que comparta contigo los principales rasgos y características del eneatipo 5, con el que yo me identifico plenamente, y que me describe con más profundidad que cualquier otra herramienta que haya conocido antes.

Eneatipo 5

PATRONES DE CONDUCTA DEL EGO: EL OBSERVADOR

Frío, distante, solitario, racional, austero, ermitaño, teórico y reservado.

• En presencia de otras personas, sobretodo desconocidas, se desconecta de sus sentimientos y emociones.

• Reúne y acumula información sin sentirse jamás preparado para la acción. Es un gran teórico, pero tiene miedo de enfrentarse a la realidad.

• No es muy expresivo con quienes le rodean; prefiere estar solo y rodearse de su universo intelectual, dónde se siente más cómodo y seguro.

Intenta mantener su independencia reduciendo al mínimo sus necesidades.

El miedo al compromiso le lleva a estar solo; la mente es su refugio, y los libros su compañía preferida.

Le abruman las personas excesivamente extrovertidas, especialmente si hablan sin pudor acerca de su vida íntima.

Es muy reservado y distante; muy selectivo a la hora de incluir a personas en su mundo; no suele compartir lo que siente sino que habla de lo que piensa.

La curiosidad le lleva a investigar por qué las cosas son como son; se siente cómodo racionalizando todo lo que pasa.

Posee una enorme capacidad para la investigación y el análisis; se desenvuelve con muchas facilidad en el mundo de la mente y las ideas.

Es tan austero que incluso puede llegar a escatimar en afecto y cariño; no le gusta implicarse, sobretodo emocionalmente.

Le incomodan las situaciones demasiado emocionales; no le gusta hablar de lo que siente porque cree que compartiendo sus sentimientos los perderá.

• Suele convertirse en experto en alguna materia de conocimiento, o en un adicto a la “acumulación intelectual”.

Su marco de referencia a la hora de tomar decisiones es interno, es decir, basado en su mundo interior y no en las opiniones de los demás.

ACTITUDES EGÓTICAS

Acumulación de conocimiento y teoría, pero muchas dificultades para llevarlo a la acción y experimentarlo en el mundo real.

Creer que debe protegerse del mundo, y que compartiendo sus recursos los perderá.

Afán por acumular y ahorrar energía, dinero, tiempo, emociones o sentimientos, que le hace creer que siendo un mero observador de la vida podrá evitar implicarse y comprometerse demasiado con los demás.

Querer ser visto como alguien inteligente, perspicaz, austero y prudente, que no necesita nada ni a nadie. Siente por dentro una avaricia que podría definirse como la sensación de que carece de recursos y energía para compartirse emocionalmente con los demás.

Huye de personas demasiado emocionales que le llevan a conectar con sus sentimientos más profundos.

Suele resumir, sintetizar, esquematizar, teorizar, explicar, racionalizar. Y lo hace con parquedad, escogiendo cuidadosamente las palabras.

• Le preocupa si los demás le van a pedir que dedique tiempo, energía y recursos, especialmente en el plano emocional.

• Suele comunicar ideas de todo tipo, marginando por completo el plano emocional del asunto que comenta. Es muy poco expresivo y suele parecer frío y distante.

SISTEMA REPRESENTACIONAL Y DE PERCEPCIÓN PRIMARIO: AUDITIVO

Cada persona percibe el mundo de una manera individual y específica a través de cinco sistemas de percepción que se corresponden con cada uno de los cinco sentidos, si bien realiza la asimilación de lo percibido influenciada en mayor medida por un sistema principal o primario, que también usa para expresar sus experiencias.

En el eneatipo 5 este sistema principal suele ser el auditivo, que muestra las siguientes peculiaridades:

• Percibe la realidad desde los sonidos y las palabras.

• Habla con ritmo pausado, regular y comedido y tiende a elegir su vocabulario con precisión.

• Suele emplear expresiones referidas a sonidos como “me suena bien” o “no sintonizo con eso”.

• Aprende desarrollando los conceptos en su mente. Memoriza a través de procedimientos y secuencias.

• No es especialmente espontáneo porque necesita pensar primero las cosas.

• Habla mucho consigo mismo creando largos diálogos internos.

• Se guía por la lógica y los hechos a la hora de tomar decisiones.

RECUERDOS DE LA INFANCIA

Asocia su infancia con el temor a ser abrumado emocionalmente por sus padres y/o hermanos, que tendían a invadir demasiado su intimidad. E incluso recuerda haber aprendido que, para sentirse seguro y confiado, debía refugiarse en su mente.

Probablemente vivió alguna situación que le provocó una fuerte sensación de inseguridad ante los demás, provocada por amenazas o castigos (no necesariamente de sus padres). Su mecanismo de defensa se desarrolló tomando consciencia permanente de la amenaza que potencialmente suponían los demás.

Así, poco a poco interiorizó que para sentirse seguro y protegido debía aislarse del mundo y evitar implicarse emocionalmente con los demás. Y para evitar la amenaza se tornó solitario, lector empedernido, coleccionista nato (hasta de las cosas más raras) y clasificador.

Tuvo pocos amigos y éstos poco comunes.

Independiente y crítico, evitaba el enfrentamiento físico.

Niño serio que se sintió controlado e ignorado.

MIEDOS Y DESEOS INCONSCIENTES

Su miedo más profundo es ser ignorante, impotente e incapaz de vivir en el mundo, así como expresar y compartir sentimientos.

Teme no estar a la altura de las exigencias emocionales de los demás, y por eso se refugia en la soledad de sus pensamientos.

Su deseo más inconsciente es entender el mundo que lo rodea para poder compartirse con los demás, cosa que lo lleva a convertirse en una persona especializada en alguna materia de conocimiento.

ACTITUDES INSANAS

Después de un periodo de estrés, y temiendo que se cumpla su miedo básico (ser ignorante e incapaz de vivir en el mundo), suele hacer sentir a los demás de esta misma forma mediante batallas dialécticas.

Se encierra en sí mismo, aislándose de los demás, evitando así cultivar vínculos emocionales, sentimentales y afectivos.

No suele tener en cuenta que quizá los demás no deseen su enfoque lógico de las cosas; que quizá prefieran que pensamiento y sentimiento estén más integrados.

SEÑAL DE PELIGRO

Creer que tiene que apartarse de la realidad en general, y de las personas de su entorno en particular, para sumergirse en teorías, conceptos e ideas donde sentirse protegido y seguro.

PUNTO DE INFLEXIÓN

Darse cuenta de que dedica demasiado tiempo y energía a estudiar y a investigar todo tipo de materias para huir de su miedo a compartir sus sentimientos con los demás, y tomar conciencia de las consecuencias que le está suponiendo aislarse del mundo.

Si llega a la conclusión de que su verdadera esencia no es la de refugiarse en sus pensamientos para aprender a vivir, estará dando sus primeros pasos para encontrar su desapego interior.

SU VERDADERA ESENCIA: EL DESAPEGO

Visionario, sabio, cercano, comprensivo, interdependiente, innovador, curioso y comprometido.

Un desapego interior que parte de la premisa de que la felicidad propia solo depende de uno mismo, al igual que la felicidad de los demás solo depende de ellos. Que sustituye a la avaricia como la pasión dominante de su ego.

Al empezar a fluir de manera natural con su esencia se vuelve más objetivo y menos encerrado en la soledad de sus pensamientos subjetivos, conectando con su energía instintiva para adquirir más confianza y seguridad en si mismo para compartirse con las personas a las que ama.

Dejando de refugiarse en sus pensamientos e implicándose más emocionalmente en la vida de los demás.

Descubriendo que es capaz de procesar sentimientos reprimidos durante mucho tiempo y que puede expresarlos a sus seres queridos.

… O No

Me he y me han desnudado muchas veces por fuera, pero nunca antes nada ni nadie lo había hecho de una forma tan minuciosa por dentro.

Si bien he de añadir que los eneatipos del eneagrama no describen de un modo completo a un individuo, ya que no nos dicen nada significativo acerca de la historia y experiencias de las personas, o de la calidad de su carácter, inteligencia o talentos.

Las personas son mucho más que su eneatipo.

Sin embargo sí que son una herramienta de conocimiento importante desde la que comprender las intenciones y la lógica de nuestros comportamientos y de los comportamientos de los demás.

No se trata de una varita mágica que al agitarla pone fin a todos nuestros males, pero sí es un instrumento útil para empezar a ser más conscientes de cuáles son los mecanismos psíquicos que nos mantienen encasillados, y esclavizados.

Quien potencialmente más daño puede hacernos es quien peor está consigo mismo.

De ahí la importancia de conocerse… y de conocernos.

Como decía Hermann Hesse…

La verdadera profesión del ser humano consiste en encontrar el camino hacia sí mismo.

¿Y tú?

¿Con que eneatipo te identificas?

[Si te interesa averiguarlo te invito a visitar el canal de youtube de Borja Vilaseca dónde encontrarás vídeos con geniales descripciones de cada uno de ellos.]

[La foto de cabecera está hecha en el parque nacional de los Picos de Europa (España), concretamente en una zona a la que se accede subiendo por el teleférico de Fuente Dé]

 

El artículo Encantado de Conocerme, Y de Desnudarme… o No ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Deja ya de mentirte, todo lo que haces lo haces por ti

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Deja ya de mentirte. Deja ya de engañarte y de intentar engañarnos. Todo lo que haces lo haces por ti. Deja ya de rechazar algo que es natural, instintivo, básico, permanente, inevitable… y necesario.

Deja ya de mentirte

Vaya cara que has puesto.

Sí, lo sé, es la que tienes.

¿Te parece una introducción agresiva?

¿Arriesgada?

¿Falsa?

Deja ya de mentirte.

Todo será más fácil, y es más que probable que te sientas mejor.

Repite conmigo…

Todo lo que hago lo hago por mí.

Y créetelo.

Pero como estoy convencido de que tú no lo estás (convencido), voy a seguir disparándote flechas envenenadas no con el fin de matarte, sino para que te hagas más libre.

Todo lo que haces lo haces por ti

Albert Einstein, Nelson Mandela, Teresa de Calcuta, Martin Luther King, Marie Curie, Mahatma Gandhi, Juan Núñez…

¿Qué crees que tienen en común todas estas personas… y algún personaje?

Quizá hayas pensado en que todos ellos son figuras relevantes que consiguieron pasar a la historia por sus grandes logros a diferentes niveles.

Y así es, pero quiero hablarte de otra característica o condición que no solo comparten entre sí, sino también con todos los que formamos parte de la raza humana, y por la que por supuesto no han pasado a la historia…

Todos ellos perseguían en el fondo su propia satisfacción personal.

Lo cual no me parece para nada negativo, sino que muy al contrario, resulta algo imprescindible para evolucionar y progresar como individuos y como sociedad, sobretodo cuando la satisfacción propia contribuye también al beneficio ajeno.

Empiezo por intentar responder para ti algunas preguntas que te confundan hacia ninguna parte…

¿Quién eres?

Hazte un favor y no te hagas esta pregunta.

¿Qué eres?

Un organismo biológico con conciencia propia y capacidades intelectuales indefinidas.

¿Qué haces?

Mantenerme vivo.

¿Por qué lo haces?

Por instinto.

¿Para qué lo haces?

Para satisfacer mis necesidades y obtener bienestar.

Sí, ya sé que parece el diálogo con un Terminator (y quizá lo sea 😉 ) , pero considera como clave del estresante asunto la respuesta a la última pregunta…

¿Para qué haces lo que haces?

Pues resulta, más bien afirmo, que todo lo que hacemos persigue de alguna manera el fin último de satisfacer nuestras propias necesidades obteniendo placer o escapando del dolor, aunque muchas veces no sepamos verlo, y otras no queramos reconocerlo, que es lo que a mí más me interesa subir ‘a la palestra’.

Lo tengo muy claro, meridiano, y hasta paralelo.

Todo lo que hago lo hago por mí.

Y si rebuscas en las profundidades de tu ser también llegarás a la misma conclusión.

Todo lo que haces lo haces por ti.

El fin último que perseguimos con todos nuestros comportamientos es siempre el de satisfacernos a nosotros mismos cubriendo nuestras humanas necesidades.

Y lo hacemos por nosotros, no por los demás, aunque como esto va asociado al maltratado concepto  de ‘egoísmo’, nos inclinamos a pensar que lo hacemos por otros, lo cual persigue el único fin de que nos sintamos bien para con nosotros y para con la sociedad.

¿Puedes ver la paradoja?

Según la RAE egoísmo es un inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.

Pues resulta, señores y señoras de la RAE, que absolutamente todo lo que hacemos atiende a nuestro propio interés, así que ya me explicarán ustedes que pinta en la definición el término ‘desmedidamente’.

Aunque estamos de acuerdo en que si ese interés perjudica a los demás como norma, no resulta demasiado ‘saludable’ socialmente hablando.

Un interés que adopta la forma de necesidades muy diversas, entre otras…

Asentándose todas ellas sobre un gigantesco y egocéntrico pedestal que lo sostiene todo…

La búsqueda permanente de todo lo que nos hace sentir bien, o nos aleja de sentirnos mal.

Deja ya de mentirte

Tú y yo sabemos de las infinitas y retorcidas formas que puede adoptar aquello que nos satisface.

deja-ya-de-mentirte-2

Me viene a la mente la conocida canción de Bryan Adams “todo lo que hago lo hago por ti”, que ya rescaté en este artículo sobre la sabiduría de amar, y que viene a cuento porque, aunque no suene tan idílico, su verdadero título debería ser “todo lo que hago lo hago por mí”.

No busca nuestro amor satisfacer a los demás, sino llenar nuestros propios vacíos.

Y resulta que esto se aplica a cualquier otro comportamiento que se te pase por la mente.

Es inevitable.

Así que tanto si estás de acuerdo conmigo como si no, al final del artículo encontrarás un bonito cuadro para escribir lo que piensas, y para intentar cruzarme virtualmente la cara con tus argumentos (de ‘duelos al sol’ tratamos más adelante).

Da igual que hablemos de actuar en plan filantrópico, de proteger al indefenso, cuidar de los más necesitados, arriesgar la vida por alguien, morir para salvar a otro, suicidarse, asesinar, torturar, violar… o escribir un blog.

Tras todo ello siempre se esconde lo mismo…

La necesidad de cubrir nuestras necesidades, y la satisfacción que ello nos produce.

Búscalas en tu interior… si te consideras lo suficientemente valiente.

A mí por ejemplo me da un ‘egoísta’ gusto que no veas buscar siempre ser lo más auténtico posible.

Y oleadas de ‘orgulloso’ placer defender con ira, fuego (y algo de alcohol) la naturalidad, la honestidad y la transparencia.

Lo cual por cierto también estoy buscando con este artículo 🙂 .

Pero no pretendiendo ayudar a nadie ni cambiar a nadie porque sé que no puedo, aunque a veces se me olvida.

Ni yo ni cualquiera que escriba un blog lo hace con el fin de ayudar a otros.

Y además que esto suceda es tan solo una consecuencia que no depende de quién lo escribe, sino de quien lo lee.

No dejes que te engañen.

El verdadero fin perseguido es ayudarse a uno mismo buscando rellenar los muchas veces profundos agujeros que fabrica la necesidad.

Tratar de ayudar a otros no es más que un medio para ayudarse a uno mismo.

Lo cual no es un ataque ni una crítica intencionada para quienes ignoran esto, pero sí para quienes lo ocultan a sabiendas intentando aprovecharse, así que puedo entender que a estos últimos les resulte una jodida y endiabladamente descarada aclaración.

Aunque también te digo que buscar el beneficio propio desde la transparencia y la honestidad para con los demás, me parece una de las mejores formas de contribuir al beneficio ajeno.

Y aún digo más.

Resulta imprescindible.

Porque será el combustible que hará que tu motor suene mucho mejor, y que sea más eficiente para ganar carreras.

Solo tú puedes cambiarte

Deja ya de engañarte.

Nadie ayuda a nadie ni nadie cambia a nadie. Solo uno puede ayudarse y cambiarse a sí mismo.

Por eso a menudo me resulta chocante la atribución de estos méritos a otros, en vez de a uno mismo.

El secreto para obtener lo que necesitamos no está en nada de lo que nos ofrecen los demás, está en cómo procesamos todo lo que de ellos nos llega.

Me gusta la palabra inspiración para definirlo porque es un término que descarga la responsabilidad sobre nosotros, atribuyéndonos lo que nos corresponde así nos salga bien o nos salga mal.

Y además…

Tú no me inspiras, me inspiro yo solito con lo que recibo de ti.

Que te quede bien claro que cuando escribo y publico un asombroso artículo, lo primero que busco es satisfacer mis propias necesidades, y lo segundo es que, tanto si te ha servido para algo como si no, el mérito es exclusivamente tuyo.

Tengamos en cuenta que aunque a ti quizá te sirva, habrá otros muchos a los que ‘les resbale’.

¿Dónde está la diferencia?

El artículo dice exactamente lo mismo para todos, pero la forma de procesarlo, la interpretación particular de cada persona que lo lea, puede ser completamente distinta.

Deja ya de rechazarte.

Sienta bien agradecer.

Pero empieza por ti mismo.

Y después salpícame si quieres.

Asume las responsabilidades de todos tus comportamientos.

Hazte consciente de que todo lo que haces lo haces por ti.

Y aprende a utilizarlo en beneficio de todos.

– – – – –

Quizá debiera terminar, para aplicar el ‘manual del buen blogger’, haciéndote algunas preguntas con el fin de que participes con tus comentarios, te sientas escuchado e importante, y sobretodo hagas más relevante y visible el artículo para mi propio beneficio y satisfacción.

¿Estás esperando esto?

Pues mira bien porque lo acabo de hacer… a mi manera 😉 .

Paz y amor.

Guerra y odio.

Ya sabes…

Necesidades humanas básicas.

[Foto realizada en las fuentes del hotel Emirates Palace de Abu Dabhi]

El agua moja, el cielo es azul, las mujeres pelean, los hombres lloran...

El artículo Deja ya de mentirte, todo lo que haces lo haces por ti ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.

Vive despacio, llega a viejo, y olvídate del jodido cadáver

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Bonito guión este de ‘vive despacio, llega a viejo, y olvídate del jodido cadáver’, sobretodo porque lo he rumiado yo solito en momentos de desesperada inspiración. ¿Que ni lo sabes ni te interesa? Pues deja que te diga que por mucho que te resistas no tienes nada que hacer antes mis técnicas de black-marketing perfeccionadas durante los oscuros años de vida de este blog…

Vive despacio

Al lío.

Seguro que te suena la siguiente frase falsamente atribuida al idolatrado actor James Dean

Vive rápido, muere joven, y deja un bonito cadáver

En realidad esta frase pertenece a un diálogo de la película ‘Knock on any door‘ (llamad a cualquier puerta) dirigida en 1949 por Nicholas Ray, pero eso quizá es lo de menos.

Lo de más es que se trata de un mensaje que parece haberse convertido en una especie de dogma para todos aquellos que dicen perseguir el disfrute máximo de la vida.

Más rápido, más intenso, más de esto, más de aquello…

Craso error.

Y si te preguntas que carajo significa eso de ‘craso’ te diré que se trata de una palabra que se aplica cuando se trata de grandes errores de soluciones complejas, y en ocasiones hasta fatales diría yo.

¿Vas pillando por dónde voy con el título de este artículo?

Un modelo de vida

¿Qué significado tiene para ti eso de vivir al máximo?

Me parece una buena pregunta que deberías plantearte si quieres empezar a clarificar la actitud desde la que poder enfocar tu vida.

Intentaré ayudarte.

Para algunos una supuesta ‘vida top’ puede pasar por encontrar su pasión y convertirla en su trabajo, haciendo honor a la frase ‘trabaja en algo que te apasione y no trabajarás nunca’.

Sin embargo olvidan que cualquier cosa que se convierte en trabajo exige siempre de algún tipo de compromiso para con otros, lo cual transforma el apasionadamente libre placer inicial en un asquerosamente esclavo tedio final.

Convierte tu pasión en tu trabajo y verás lo rápido que te desapasionas.

Como suelo repetir a menudo, uno cree saber lo que quiere hasta que lo consigue, después simplemente quiere otra cosa.

Para otros disfrutar a tope de la vida puede significar experimentar con frecuencia emociones fuertes a través de deportes de riesgo o similares, embriagados por un atractivo halo de absoluta libertad.

Pero no se dan cuenta de que eso les conduce a convertirse en auténticos adictos dependientes de los chutes hormonales lo cual, además de arriesgado, de libre tiene más bien poco.

La realidad es que muchas veces pensar constantemente en ser libres es lo que más nos esclaviza, alejándonos de la actitud tras la que se oculta la verdadera libertad.

¿Y qué tal eso de ahorrar para después coleccionar países en una vuelta al mundo durante una temporadita?

Además de que serán muy buenos clientes para cuando se puedan realizar viajes interestelares (si los pueden pagar claro) ¿realmente saben disfrutar de todas esas nuevas e incesantes experiencias?, ¿saben paladearlas a fuego lento, sin palo selfie revoloteador mediante, y postureos sociales indeterminados?

Seguro que sí, pero no son precisamente los ejemplos que suelen llegarme.

¿O qué te parece convertirte en un nómada digital que puede manejar su negocio desde cualquier parte del mundo? (Siempre y cuando dispongas de una conexión a internet y algún que otro enchufe eso sí).

Pues mi recomendación es que primero te ganes la confianza de alguno de ellos para que así puedas preguntarle si no es oro todo lo que reluce. Y digo ‘te ganes la confianza’ porque si no lo has hecho lo más probable es que no te lo cuente… puede no ser bueno para ‘su negocio’.

Con todas estas ‘andanadas’ te estoy invitando a reflexionar sobre el hecho de que lo importante no es lo que hagas, sino cómo lo hagas.

Al igual que lo importante no es lo que te pasa, sino la manera que tienes de interpretarlo, lo importante tampoco es lo que decides hacer con tu vida, sino la actitud desde la que transitas el camino escogido.

Desde esta perspectiva cualquier opción o situación que elijas podría resultar válida, siempre y cuando te alejes del influjo del ‘vive rápido’, ‘vive intenso’, ‘vive a tope’, ‘revive’, ‘supervive’ o la hostia en verso.

Si realmente quieres aprovechar tu vida al máximo…

Vive despacio

Lo cierto es que actualmente el ser humano vive más tiempo que nunca antes pero…

¿Vivimos mejor?

Sí, ya sé que hoy me ha dado por las jodidas preguntas.

Pues toma postre…

¿Se puede vivir al máximo muriendo al mínimo?

Yo diría que sí, siempre que entiendas que vivir al máximo no va de vivir rápido, sino de vivir despacio.

Camina despacio.

Respira despacio.

Piensa despacio.

Habla despacio.

Escribe despacio.

Lee despacio.

Come y bebe despacio.

Trabaja despacio.

Viaja despacio.

Juega despacio.

Ama despacio.

Folla despacio.

VIVE DESPACIO.

Vive despacio 1

[Sube las cuestas despacio 😉 ]

¡Sé un ‘despaciero’!

O lo que es lo mismo…

Un maestro en el arte de vivir despacio.

Ya lo decía un tal Gregorio Marañón…

La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa.

Vivir despacio es lo que más te acercará a disfrutar de tu vida al máximo.

Te ayudará a estar más presente y a centrar tu atención en eso que disfrutas.

A ser más consciente de lo que haces de forma que todo te resultará mucho más profundo, intenso y placentero.

Sin duda la mejor manera de poder percibir todos los matices que cualquier experiencia puede ofrecernos.

Y desde esta perspectiva…

Llega a viejo y olvídate del jodido cadáver

¿Muere joven?

¿Deja un bonito cadáver?

¡Y una mierda!

Llega a viejo después de haber disfrutado de una vida lo más plena posible, muere en paz, y olvídate de tu jodido cadáver.

Deja que los gusanos se ocupen de él, que algo tienen que comer.

Y si esa idea no te atrae, siempre puedes elegir arder.

Nadie me lo ha dicho pero creo que en ese momento ya no quema.

Quien se preocupa del aspecto de su jodido cadáver para cuando muera, no es más que un jodido cadáver viviente.

Porque una vez muertos…

¿Importará la vida que hayamos llevado?

¿Lo que hayamos hecho o dejado de hacer?

¿Nuestro legado?

¿Que nos recuerden?

Sí… pero a los que permanecen vivos.

¿Lo captas?

La muerte es un proceso natural inevitable e inmutable, y si tienes miedo de tu muerte estás entregando la libertad de tu vida, porque eso te condicionará -para mal- en la forma que tienes de vivirla.

Lo verdaderamente provechoso es aceptarla y usar su omnipresencia para tratar de enriquecer tu existencia. Lo cual por cierto pasa por vivir el momento de la forma más plena posible adoptando la costumbre de vivir despacio.

Tener presente que vas a morir es la mejor manera que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder.

Lo creas o no…

Ya estás desnudo.

[Foto tomada delante del Museo del Prado en Madrid. Lo cierto es que me salió un buen culete a pesar de que en realidad voy algo escaso del susodicho 🙂 ]

 

El artículo Vive despacio, llega a viejo, y olvídate del jodido cadáver ha sido publicado por Juan en aprendizajeyvida.com.


La mejor manera de ayudar: aconsejar menos y escuchar más

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Mejor manera de ayudar

“He visto a las mentes más grandes de mi generación destruidas por la locura.”

Seguro que no te resulta muy difícil imaginar por un momento que tienes un gran problema que te está machacando y que, por muchas vueltas que le das, no consigues encontrarle una solución.

Pongamos que se trata de algo tan común como que tu relación de pareja no funciona, y como ya no sabes qué hacer le pides ayuda a un amigo/a en el que tienes absoluta confianza, contándole lo jodida que ves la situación y lo mal que te sientes.

Crees que tu leal compañero/a de fatigas tiene una sobrada capacidad para aconsejarte y para encontrar soluciones a las situaciones más chungas, así que abres bien los ojos y las orejas a todas y cada una de sus sugerencias…

– Yo creo que lo que necesitas es…

– También he pasado por eso y yo en tu lugar…

– La base del problema pienso que está en…

¿Te resultan familiares este tipo de frases?

A mí mucho.

Demasiado.

Y es que resulta que después de la conversación con tu consejero te encuentras todavía peor y más perdido, porque en lugar de alivio y soluciones lo que has obtenido es mayor confusión y agobio.

¿Qué carajo está pasando?

La mejor manera de ayudar

La mayoría de las veces la gente que da consejos tiene buena intención y piensa que es la mejor manera de ayudar pero, por desgracia para ellos y para los aconsejados, una cosa es la intención y otra sus resultados.

En muchas ocasiones lo que estamos haciendo al aconsejar es empeorar la situación de quién ya está de por sí jodido, y esto pasa porque solemos proyectar lo que puede habernos funcionado a nosotros, o lo que creemos que podría funcionar, en otra persona que tiene su propio mundo interior y sencillamente funciona de una manera diferente.

Quizá recuerdes que hace poco te hablé del eneagrama y los eneatipos como una muy buena herramienta de autoconocimiento. Una que nos ayuda a conocer los diferentes tipos de personalidad que existen, y a comprender mejor el muy diverso funcionamiento de las personas.

Pues eso, que toca aplicarse el cuento.

Nos proyectamos en los demás

Proyección es el nombre que recibe en psicología la poco recomendable costumbre que tenemos de aconsejar a diestro y siniestro, y que consiste en que vamos por la vida creyendo alegremente que nuestras ideas, creencias y filosofía de vida es lo que ha de funcionar para todo el mundo.

Como ya decía Freud

Proyectar es perseguir deseos propios en otros.

No pretendas vivir de fantasías e ilusiones.

Mejor que te dediques a comer y a respirar.

Eso sí que funciona para todos… por ahora.

Somos diferentes y únicos

Cada persona construye su realidad y su mapa del mundo en función de sus percepciones, su personalidad y sus vivencias. Y cualquier consejo que podamos dar tiene su origen en las nuestras, que por supuesto son diferentes y únicas.

Es lo que tiene la complejidad del ser humano.

Y por mucho que pensemos que la mejor manera de ayudar es dando consejos a otros sobre sus problemas y su vida, lo que en realidad hacemos es mandarles un mensaje que indirectamente proclama:

“Estás mal porque tu realidad está equivocada, y mi versión es mejor que la tuya”.

¿Cómo te hace sentir eso?

Cuando recibimos consejos, consciente o inconscientemente captamos este tipo de mensaje, lo que hace que interiormente nos sintamos incomprendidos porque percibimos que el otro no nos entiende ni comparte nuestra visión de las cosas.

Ni tú eres yo ni yo soy tú

Por mucho que creamos saber lo que es mejor para el otro nos equivocaremos, y los consejos muchas veces duelen y empeoran la situación.

Deja ya de pretender ser otro, todos los demás están ocupados.

¿Recuerdas cuando has leído un best seller de la autoayuda, devorado un increíble artículo mejora-vidas, o asistido a una magnífica conferencia cumple-sueños y eso, en vez de inspirarte y motivarte, lo que te ha generado es una frustración que te ca…breas?

Yo sí.

Muchas más veces de las que me gustaría.

Y esto nos pasa porque los seres humanos no tenemos las mismas percepciones de la realidad, ni la misma construcción del mundo, ni las mismas capacidades, ni las mismas circunstancias, lo cual hace que funcionemos de manera diferente.

No existen las fórmulas universales, no las busques.

Solo existe tu fórmula, que es única y específica, y descubrirla es una responsabilidad que te corresponde exclusivamente a ti.

Nadie cambia o ayuda a nadie, solo uno puede cambiarse y ayudarse a sí mismo.

Aconsejar menos y escuchar más

Si realmente quieres encontrar la mejor manera de ayudar a alguien deja de dar consejos y dedícate primero a escuchar.

1- IDENTIFÍCATE, COMPRENDE Y ACEPTA

Empieza por identificarte y conectar con la otra persona aceptándola tal y como es, aceptando su realidad, sus pensamientos y sus emociones, y después trata de comprenderla sin pretender cambiar su modelo del mundo.

Porque no es lo mismo comprender que aceptar, y es en esa diferencia por donde se manejan los consejos, cuando decimos entender al otro al mismo tiempo que pretendemos cambiar su forma de ver las cosas.

Cuando escuches a alguien lo que tienes que procurar es que su percepción sea:

Puedo entender por lo que estás pasando, te acepto, te comprendo y te apoyo.

Y que sea auténtico claro.

Eso creará un vínculo profundo entre ambos porque no hay nada que conecte y alivie más que verse reflejado en otro.

Esa es la mejor manera de ayudar a otra persona que vas a encontrar.

2- EL MEJOR CONSEJO

Los consejos y posibles soluciones a cualquier problema llegarán desde este tipo de conexión, pero no deben de ser nunca el primer paso.

Muchas veces la angustia que provoca un problema trae de su mano la confusión, y cuando se consigue un alivio este suele venir acompañado de claridad, por lo que muchas situaciones encontrarán su solución desde el acompañamiento y el consuelo.

Y si no es el caso yo siempre digo -aunque reconozco que no siempre hago- que lo mejor es contar nuestras experiencias similares sin pretender dar lecciones, sin pretender cambiar a nadie, y que sea quién escucha el encargado de recoger lo que le pueda resultar útil.

Dejemos a los demás el rol de expertos en su vida y en saber lo que necesitan para ser felices, y dediquémonos a hablarles de nuestro camino, acompañándoles e inspirándoles de esta forma en la búsqueda del suyo propio.

El mejor consejo no es otro que aconsejar menos y escuchar más.

¿Y acaso no estás aconsejando listillo?

Así es.

Punto para ti.

Pero es que las contradicciones abundan…

Mejor manera de ayudar

Y no por eso dejan de resultar útiles.

Así que tuyas son las conclusiones.

[La foto de portada es un mensaje pintado en el suelo de una calle de St. Julians (Malta)]

 

Juan Núñez
Juan Núñez
Rebelde, curioso e inconformista trabajo para que algún día lo que somos determine lo que hacemos como la mejor manera de alcanzar una vida auténtica y con sentido.
La gente que intenta ir al baño todos los días a la misma hora, es muy distinta de la gente que lo hace cuando le entran ganas. Yo procuro ser siempre de los segundos ¿y tú?

Descubre el valor de ser auténtico para alcanzar una vida con sentido y propósito.

Es por el mar de la autenticidad que navegan los valientes.

¿Te atreves a subir a este barco?

 

El artículo La mejor manera de ayudar: aconsejar menos y escuchar más ha sido publicado por Juan Núñez en aprendizajeyvida.com.

Qué harías si pudieras superar tus miedos y revolucionar tu vida

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Superar tus miedos

“Eres el sentido que he dado a este mundo equivocado.”

Al igual que el o la protagonista de esta pintada, que el mundo está equivocado es algo que seguro muchos y muchas hemos pensado alguna vez. Pero resulta que el mundo no está equivocado, sino que nosotros lo interpretamos de una forma inadecuada.

Con el miedo solemos hacer exactamente lo mismo, y lo que es un recurso natural de supervivencia y podría ser una gran herramienta de superación, pasamos a convertirlo en una sensación terrorífica que nos paraliza como si nos hubieran metido una porra eléctrica por el culo (y que conste que si esto te gusta no tengo nada en contra).

Gustos y porras aparte, esta introducción me sirve para presentarte a Tania Carrasco, la autora del artículo de hoy. Una chica auténtica, decidida y luchadora con una historia de miedos, decisiones y superación que la han llevado a construir un proyecto de vida en torno a su página RevolucionaT.com.

Sin duda una persona muy capacitada para hablar de cómo quitarte la porra del culo superar tus miedos revolucionando tu vida, y de paso la de aquellos con quién decidas compartirla.

¡Te dejo con Tania!

ACERCA DEL MIEDO

Superar tus miedos– La gente que tiene miedo es muy cobarde.

– Esas personas tienen un defecto muy grave que les va a arruinar la vida.

– No hay que tener miedo a nada porque eso no hace más que frenarte en tus objetivos.

– Hay que tirarse al vacío siempre que puedas porque solo así vives la vida intensamente.

– Solo la gente que no tiene miedo consigue ser feliz…

¿Cómo te suenan estas afirmaciones?

¡Porque yo no estoy nada de acuerdo!

Evidentemente no estaba hablando en serio. Era una bromita que espero te haya abierto los ojos de par en par mientras leías.

¿Por qué decimos todavía estas patochadas?

Todo el mundo tiene miedo y nadie lo va eliminar de sus vidas por mucho que lo intente. El miedo es una emoción que forma parte de nosotros y que en muchas ocasiones no podemos evitar que se manifieste.

Lo que sí podemos hacer con el miedo es:

Comprenderlo.

Averiguar de dónde viene.

Saber a qué se debe y cómo podemos utilizarlo en nuestro favor.

Nos empeñamos muchas veces en eliminar el miedo, en acabar con él, en aplastarlo y desintegrarlo, y así nos pasamos la vida en busca de un imposible.

¿Qué me dirías si te cuento que el miedo puede ser tu mejor aliado?

¿Qué me dirías si afirmo que el miedo te puede traer muchas cosas buenas?

¿Qué me dirías si te pido que abraces tus miedos y los escuches para conocerte mejor y lograr tus sueños?

QUIÉN SOY Y QUÉ ESTOY HACIENDO AQUÍ

Tania Carrasco

Mi nombre es Tania y hace unos meses atravesé mis miedos y cambié radicalmente de vida porque me apetecía.

Ninguna crisis me ha traído hasta aquí.

En ese deseo de evolucionar creé un blog con la intención de ayudar a las personas a entender sus miedos y a construir la vida que desean, igual que yo estoy haciendo con la mía.

Encontré a Juan por una mezcla de ‘casualidad’ y recomendación, y conecté con su forma de ver la vida. Me reía muchísimo leyendo sus artículos y me atrajo su manera de contar las cosas.

Enseguida me puse en contacto con él y de ahí surgió esta colaboración que le agradeceré siempre.

Muchas personas que me conocen piensan, porque así me lo han hecho saber, que yo no tengo miedo. Pero eso no puede ser.

No es que no tenga miedo, es que hay días que estoy acojonada.

Es cierto que es una emoción que no me dura mucho, pero precisamente porque he trabajado muy duro para entenderla y conseguir que juegue a mi favor.

Gracias a todos mis miedos estoy aquí hablando contigo y trasmitiéndote mi verdad.

Sólo por eso ya ha merecido la pena cagarse en los pantalones.

TIPOS DE MIEDO

Superar tus miedosBuah, paso de hacerte una lista enumerando uno a uno los tipos de miedos según el psicólogo de turno los haya establecido…

En vez de eso quiero hablarte de los tres miedos que más observo en la gente y, cómo no, en mi misma.

Doy por hecho, aunque quizá no debería, que estos miedos también tienen algo que ver contigo:

1. Miedo al fracaso: tienes tanto miedo a que las cosas no salgan bien, que ni las intentas. De lo que podría deducirse que prefieres que no salgan.

2. Miedo al qué dirán: el miedo a lo que los demás piensen de ti te paraliza de una forma absurda e innecesaria.

3. Miedo a lo desconocido: salir de la zona de confort no te da miedo, te da pánico. ‘Más vale malo conocido…’ ¿no?

¡Qué frase tan horrible!

Me atrevería a decir que estos son los miedos que más te preocupan, y si lo pienso en frío, también a mí.

¿En qué momento pasaron a ser mis amigos?

1.Miedo al fracaso

Tenías muchos sueños y muchas ilusiones pero en eso se han quedado. Has preferido no hacer nada que hacerlo y fracasar.

Equivocarse es taaaaaaan malo…

¿Te imaginas que te equivocas y… no pasa nada?

Piensa en todas las cosas que no haces por miedo a fracasar, y piensa que es lo peor que podría pasarte si fracasas.

¿A que no es tan grave?

Vale, sí, es grave de cojones, pero porque siempre te pones en lo peor, así que vamos a darle la vuelta al asunto.

Piensa en lo que pasaría si saliese bien.

Seguramente ahora mismo tengas las mismas probabilidades de que te salga bien que de que te salga mal ¿me equivoco?

Entonces… ¿por qué pensar en lo que puede salir mal?

2.Miedo al qué dirán

Este me encanta, es mi favorito, el miedo a lo que piensen o digan los demás.

Es que solo de escribirlo me da la risa, perdóname.

Me ha importado siempre tan poco este miedo que me cuesta no tomármelo a broma cuando hablo sobre ello.

Pero te pido disculpas otra vez si para ti fuese un gran problema que no te deja vivir.

Lo que dicen los demás es solo lo que dicen los demás. Encima, hagas lo que hagas, siempre tendrás a alguien a quien no le va a parecer bien.

Visto desde esta perspectiva ¿qué carajo importa lo que piense nadie de tu vida?

Por si te sirve de consuelo, las personas que te puedan criticar por lo que haces son las personas que tienen unas vidas vacías.

¿Pobrecitas no?

¿No querrás ser tú una de esas personas?

No se cuál es tu caso pero yo desde luego prefiero estar en el otro lado. Prefiero ser la persona de la que hablen, porque eso significará que he tenido el valor de hacer lo que me salía de las narices, aunque a alguien no le pareciese bien.

Sí, a veces es incluso un acto de rebeldía…

¿Que no puedo? ¿Que no debo? Verás como sí… ¡Toma!

Pero esto no te lo recomiendo. Haz lo que creas que tienes que hacer, lo que te dice tu corazón, independientemente de las opiniones ajenas.

No como un acto de rebeldía sino como un acto de amor incondicional hacia tu persona.

3.Miedo a lo desconocido

Es normal que tengas miedo a lo desconocido ¿quién no lo tiene?

Miedo a un nuevo trabajo, miedo a una nueva pareja, miedo a tener descendencia, miedo a viajar solo, miedo a cualquier cosa que suene a nuevo.

Bueno, no a cualquier cosa, porque a un coche nuevo no le tienes miedo ¿a que no?

Curiosamente, esas cosas que te dan miedo por novedosas, son las que más enriquecen tu vida.

Todo lo que te da miedo porque nunca lo has hecho tendría que formar parte de tu lista de prioridades.

Si estás deseando esquiar pero tienes miedo porque nunca lo has hecho, y no sabes cómo será eso de deslizarte por la nieve, vete ya mismo a un sitio adecuado ¡y hazlo!

Si tienes miedo a acercarte a esa chica de la oficina porque normalmente esperas a que el amor te caiga de algún platanero, acércate y habla con ella. Sin más pretensiones.

Ponte a prueba, ¡inténtalo!, verás que de esas sales con vida.

SOMOS UNA SOCIEDAD LLENA DE MIEDO

Superar tus miedosCómo no vas a tener miedo con lo bien que te han educado para que lo tengas.

No voy a hablar de los padres, con los que me meto con demasiada frecuencia en mis artículos últimamente, porque si ellos nos generan miedos es porque antes se los generaron a ellos.

Hablo más en general, de la globalidad, de la sociedad en su conjunto.

Estamos educados desde el miedo porque es la mejor forma de controlarnos.

Por eso, a la hora de votar, por poner un ejemplo que me parece clarificador, también vota nuestro miedo.

“Vamos a votar a lo que ya conocemos, que cualquier cambio puede ser peor y vaya que me quiten la casa los comunistas para repartirla entre los pobres”.

Sí, sí, auténticas barbaridades las que pensamos y hacemos cuando tenemos miedo.

Nos han inculcado tanto miedo que no sabemos quiénes somos, lo que queremos, ni mucho menos cómo conseguirlo.

Salirse del camino que nos han marcado está muy mal, y nos tienen que meter mucho miedo para que ninguna oveja descarriada se atreva a cuestionar el tinglado.

¿Por qué? Ni más ni menos porque los de arriba también tienen miedo. Probablemente mucho más miedo que tú, se supone que tienen más que perder.

Ese es el motivo por el que, tanto nosotros como ellos, hacemos las cosas que hacemos y nos alejamos del auténtico propósito por el que estamos aquí: vivir una vida plena, feliz y auténtica, ayudándonos unos a otros para hacer del mundo un lugar mejor.

Ya, suena cursi, pero es lo que pienso. No tengo miedo a decirte lo que pienso y no me importa que creas que vivo en los mundos de Yupie. Aún no he perdido la esperanza.

EL MIEDO COMO COMPAÑERO DE VIAJE

Superar tus miedosMucha gente habla de aniquilar sus miedos, de cargárselos, de hacerlos desaparecer… O estamos hablando de brujería o eso no es posible.

Los miedos te van a acompañar siempre y cuanto antes lo aceptes, mejor.

Hay una cosa que haces fatal: rechazar a tus miedos.

Reniegas de ellos, los escondes, los castras… Odias tus miedos y no quieres que nadie te los vea, así que te has llenado de miedo por dentro y ahora no sabes por dónde empezar a vomitarlo.

¿Qué me dirías si te dijera que el miedo es tu aliado?

Si no tuvieras miedo cruzarías la calle sin mirar a pesar de que te pudiese atropellar un coche.

Si no tuvieras miedo dejarías abierta la puerta de la escalera aunque tu hijito estuviese correteando por el pasillo.

Si no tuvieras miedo podrías lanzarte desde lo alto de un puente, sin cuerda.

Como ves, el miedo ayuda a que te mantengas con vida.

Igualmente el resto de miedos que te bloquean, los irracionales, pueden utilizarse de la misma forma.

¿A qué tienes miedo?

Dime…

¿Tienes miedo a tomar una decisión que puede cambiar tu vida?

Cuando aparece el miedo irracional, lo más seguro es que eso sea precisamente lo que tienes que hacer.

En este otro caso ¿para que te sirve el miedo?

Pues para no ser un inconsciente y hacer las cosas con cabeza.

Si quieres mandar a tu jefa a freír espárragos y no tienes un duro, hazte un colchoncito y después ¡a la mierda la jefa!

Lo que no sería normal es que te mantuvieses para toda la vida en ese trabajo que te consume por el miedo a no encontrar nada mejor, o que te quedases en la calle a lo tonto pudiendo haberlo planeado más fríamente.

Hay una cosa en la que creo a pies juntillas: todos los cambios son para mejor.

No, no estoy diciendo ninguna tontería. Todos los cambios son para mejor en el sentido de que te aportarán tanto que, pase lo que pase, habrán merecido la pena.

Utiliza el miedo para impulsarte y para hacerte más fuerte. No lo escondas, reconócelo, míralo de frente y cógelo de la mano. Juntos sois invencibles, por separado pierdes tú.

MIS MIEDOS

Superar tus miedosTe podría hacer una lista enoooorme de todos los miedos a los que me tengo que enfrentar cada día.

Hasta me obligo a subir a las atracciones recreativas más impactantes para que el miedo irracional no crea que puede jugar conmigo.

Tengo miedo a que pueda pasarle algo a mis seres queridos, tengo miedo a que el trabajo no vaya bien y me quede sin un duro, tengo miedo a que me crezca el culo más de la cuenta, tengo miedo a que mi pareja se pueda cansar de mí, tengo miedo a que se me caigan todos los dientes… etc, etc, etc.

Esos son los de ahora.

Los miedos de antes…

Tenía miedo a engordar, tenía miedo a que mi novio me pusiese los cuernos, tenía miedo a no caerle bien a la gente, tenía miedo a que se riesen de mí, tenía miedo a que alguien pudiese darse cuenta de mis miedos, tenía miedo a que mis padres muriesen, tenía miedo a no saber levantarme cada vez que me caía, tenía miedo a no ser buena en el trabajo, tenía miedo a que mis decisiones no fuesen las correctas, tenía miedo…

Los miedos cambian, evolucionan, crecen o menguan según los alimentes.

En mi caso sigo trabajando para que no engorden y me ayuden a ser mejor persona.

Si hubiese dejado que mis miedos me controlasen no estaría aquí.

Seguiría con mi trabajo seguro y cómodo, en mi vida tranquila y cómoda, en la misma ciudad en la que vivía desde hacía 6 años, sin correr ningún riesgo y conformándome con lo que tenía, que era mucho.

Pero resulta que yo quería viajar, vivir nuevas experiencias, enfrentarme a la incertidumbre y aprender de los retos que se me pudiesen presentar.

Así que tenía dos opciones:

1- Hacer caso al miedo y quedarme quietecita sin perseguir ese sueño, matando mis ilusiones.

2- Echarle narices y perseguir aquello que mi corazón me decía que necesitaba.

Sabes perfectamente cómo ha acabado la película ¿no?

Hace meses que recorro Asia con mi pareja, con una mochila y una tablet que me regalaron mis queridas alumnas. Mientras viajo escribo todo lo que he tenido que descubrir para llegar al punto de hacer con mi vida lo que quiero, en cada momento.

¿Que si tuve miedo? Muchísimo, todo el que te puedas imaginar y más.

Sencillamente hace tiempo que lo llevo conmigo pero no le dejo que me moleste. Cuando tengo dudas le pregunto y hago justamente aquello que él no quiere que haga.

Lo mismo que hacía de pequeña con lo que me decía mi padre, pues igual.

QUÉ PUEDES HACER PARA SUPERAR TUS MIEDOS

Muy sencillo, de verdad, quítate de la cabeza que esto es complicado y apuesta por lo que quieres.

Superar tus miedos

1º- ACEPTA QUE TIENES MIEDO

Enumera tus miedos, escríbelos si es necesario y no los juzgues.

El primer paso para cambiar algo es aceptarlo.

Dite a ti mismo: sí, tengo miedo ¿qué pasa?

2º- PLÁNTALES CARA

Como has hecho una lista estupenda sobre tus miedos mira a ver por cuál quieres empezar. Busca uno pequeño, que no te suponga demasiado riesgo pero que te de fuerza para continuar por ese camino.

A lo mejor es simplemente llamar al hermano con el que te has peleado y con el que no te atreves a hablar porque piensas que te va a rechazar. Eso lo puedes hacer ¿verdad?

Llama, da igual el resultado. Lo importante será que te habrás enfrentado a ese miedo que tenías y después de eso serás un poquito más fuerte.

3º- CLARIFICA TUS OBJETIVOS DE VIDA

Si no tienes las cosas claras el miedo te va a controlar más fácilmente. El miedo es el principal obstáculo de las personas indecisas.

Piensa bien qué es lo que quieres y necesitas, cómo puedes conseguirlo y qué pasaría si lo consiguieses.

Después vuelve a reflexionar sobre los miedos que te alejan de tus objetivos, dales la mano, y conduce en dirección a la vida que quieres.

Aquello que te aterra es seguro lo que te traerá más alegrías.

4º- ENFÓCATE SIEMPRE EN LO POSITIVO

No te ayuda que pienses en las cosas que no vas a conseguir, en los errores que vas a cometer, o en lo desgraciado que serás si eso que no quieres llega a tu vida por ciencia infusa.

Concéntrate en lo positivo, en todo lo que podría pasarte si lo consigues, pero a ver si nos vamos a poner a levitar ahora, no te olvides de dejar los pies en el suelo.

Si lo que quieres es ser astronauta, con 60 años y habiendo estudiado una carrera de letras, vas un poco tarde aunque… ¿quién sabe? 😉 .

5º- CONFÍA EN TI

El motivo principal de tus miedos es la falta de confianza en ti mismo.

Una persona segura y con una elevada autoestima, tiene menos problema a la hora de afrontar sus miedos que alguien que no se quiere nada.

Trabaja para que aprendas a quererte. Eso va a cambiarte la vida.

CONCLUSIONES

Es normal que tengas miedo, ya has visto que es incluso sano.

Lo que hay que hacer es impedir que el miedo te paralice y te controle.

Tú eres la persona que tiene que controlarlo a él.

No vas a poder vivir una vida sin miedo, igual que no vas a poder tener una vida rosa, una casa de caramelo y cero problemas para siempre. Eso no existe.

Vas a seguir teniendo miedo, vas a seguir teniendo problemas y vas a seguir dejándote llevar por ellos en algunos momentos.

Lo bueno es que si trabajas para remediarlo, esos miedos y esos malos momentos cada vez serán menos. O si no bajan en número, lo harán en intensidad, porque estarás más preparado para tomar cartas en el asunto.

Igual que no creo en la casualidad que me llevó hasta este blog, el blog de Juan, tampoco creo en la casualidad de lo que me acaba de ocurrir mientras escribía este artículo.

Justo cuando estaba enumerando los miedos me llega un vídeo de Borja Vilaseca (profesional al que admiro muchísimo) titulado: ‘ser auténtico es un acto revolucionario’.

Me ha parado en seco porque ese título podría ser perfectamente el lema de mi blog revolucionat.com donde intento que la gente construya una vida ‘auténtica’.

¿Te has dado cuenta?: ‘auténtico’ y ‘revolucionario’.

¡Qué ‘coincidencia’!

El caso es que he tenido que hacer un inciso en el trabajo para ver el vídeo, y ya ha sido cuando me he quedado noqueada del todo de lo mucho que me servía para explicarte todo lo que te estoy contando.

Te dejo al final el vídeo para que puedas disfrutarlo.

Eso sí, después tienes que volver y contarme tus impresiones.

¿Qué harías si pudieras superar tus miedos y revolucionar tu vida?

¿Te ha ayudado en algo este artículo?

MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TUS MIEDOS CONMIGO.

Tania Carrasco Cesteros
Tania Carrasco Cesteros
A través de mi blog revolucionat.com ayudo a las personas a superar sus miedos a través de su propio autoconocimiento para construir la vida que desean. Impulso a gente como tú para dejarse de excusas y pasar a la acción. Porque puedes hacer con tu vida lo que quieras, igual que hago yo cada día. Las respuestas a tus preguntas las tienes tú. Yo solo he venido a acompañarte, con todo mi amor.
¿Quieres aprender a superar tus miedos y construir la vida que deseas? Descarga mi regalo gratis aquí.

 

 

El artículo Qué harías si pudieras superar tus miedos y revolucionar tu vida ha sido publicado por Tania Carrasco Cesteros en aprendizajeyvida.com.

Es por el mar de la Autenticidad que navegan los valientes

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mar de la autenticidad

Autenticidad, que bien suena esta palabra pero que difícil se nos hace darle significado.

¿Conoces eso de… ‘eres lo que haces’?

Hasta no hace mucho era una afirmación que me tocaba los mismísimos, seguramente por el resentimiento que sentía al pensar en que no estaba haciendo ni una parte de lo que podía, pero resulta que en realidad también creo que no somos lo que hacemos.

Puede que a veces lo seamos un poco, puede que otras mucho, y puede que algunas nada, pero lo cierto es que somos bastante más que todo eso.

Sin embargo, lo que hacemos (y decimos), es la principal forma de expresión a través de la que llegamos a los demás, y lo que les sirve para interpretarnos y juzgarnos, por ello, si quieres que te conozcan por lo que eres, lo más recomendable es que eso se refleje en lo que haces.

O lo que es lo mismo, que primero has de descubrir cual es tu esencia, cómo eres en tu desnudez más profunda cuando te has despojado de todos los escudos y disfraces, y segundo has de tener el valor de mostrarte al mundo desde esa autenticidad.

En busca de la esencia

“Un hombre que no encuentra satisfacción en sí mismo la buscará en vano en otras partes”. La Rochefoucauld.

Solemos buscar continuamente fuera lo que en realidad está dentro de nosotros, y eso nos contamina de tal forma que cuando nos da por mirarnos no encontramos más que caos y confusión.

Pasamos disfrazados tanto tiempo que cuando nos desnudamos y vemos cómo somos de verdad sentimos hasta vergüenza de nosotros mismos, deseando ponernos de nuevo ‘la máscara’ para volver a sentirnos aceptados.

Inmersos en este carnaval permanente para qué ir al de Venecia.

¿Tienes una imagen dura de las cárceles del estado?

Quizá no has mirado bien en la que tú estás.

Mi celda era bastante parecida a una habitación oscura, sucia y maloliente en la que nadie desearía entrar, pero me he atrevido a mirarla, a reconocerla, a limpiarla abriendo las ventanas para que entre el sol y aire fresco, y por eso ahora ya está en condiciones de aceptar visitas.

Si te causa rechazo y vergüenza lo que ves en tu interior ¿cómo no vas a asustarte ante la sola idea de enseñárselo a alguien?

Ten bien claro dos cosas…

Una → Tú eres el mejor en ser tú mismo.

Dos → Nunca podrás dejar de vivir contigo.

Por eso que no te queda otra que seguir mirándote en el espejo hasta que puedas reconocer en él no solo a tu mayor enemigo, sino también a tu mejor aliado. Y realizar ese trabajo es algo que te corresponde únicamente a ti.

Empieza por conocerte y reconocerte, por aceptar tu responsabilidad acerca de tu actual situación, y después comienza a barrer tu celda, recoge toda la mierda y envía a reciclar toda tu basura. Serás más libre, te sentirás mejor y te asombrarás de lo mucho que esa limpieza interior puede hacerte brillar.

Por el mar de la autenticidad navegan los valientes

“Los hombres viajan al extranjero para maravillarse ante la altura de las montañas, ante las olas gigantes del mar, ante el largo trayecto de los ríos, ante la vasta extensión del océano, ante los movimientos circulares de las estrellas… pero dejan al sí mismo de lado sin asombro”. St. Augustine.

Condicionamientos y más condicionamientos, imposiciones, formalismos, hipocresía, postureo y falsedades, fingimientos, discriminaciones, estupidez, banalidad…

¿Cuando pondremos fin a toda esta miseria?

Yo te lo digo…

Cuando decidamos navegar de una vez por todas por el mar de la autenticidad.

Me gusta afirmar que la gente que intenta ir al baño todos los días a la misma hora, es muy distinta de la gente que lo hace cuando le entran ganas. Y procuro ser siempre de los segundos.

¿Qué me dices de ti?

mar de la autenticidad

“Solo nos convertimos en lo que somos a partir del rechazo total y profundo de aquello que los demás han hecho de nosotros”. Jean-Paul Sartre.

El mar de la autenticidad es para valientes, lo sé muy bien porque, como se menciona en la magnífica película Seven: ‘largo y tortuoso es el camino que del infierno conduce a la luz’. Una ruta que ciertamente puede acojonar bastante.

Y resulta un camino largo y tortuoso porque nos pasamos la mayor parte de nuestras vidas disfrazados de algo que no somos, ignorando u ocultando nuestra esencia, llevando máscaras para esconder nuestros deseos, y tratando de complacer los deseos de los demás.

Lo que no nos ayuda mucho en cuanto a sentirnos en paz con nosotros mismos.

Y cuando tocamos fondo, cuando decidimos enfrentarnos a toda esa falsedad e hipocresía mostrando nuestra verdadera esencia, nos encontramos con el rechazo de quienes están acostumbrados a tratar con nuestra careta.

Y no solo eso, sino que todos aquellos que proyectan sus propias miserias en nosotros en forma de frustración y envidia, también intentarán que fracasemos en nuestro viaje hacia el equilibrio en busca de una vida más plena y con sentido.

No te dejes influenciar ni vencer por ellos, en realidad quisieran imitarte, pero no se ven capaces porque no creen en sí mismos, y por eso escogen seguir recluidos en sus cárceles particulares salpicando mierda a todo aquel que se acerca a saludar, y sin saber que envidiar de esa forma los está destruyendo.

Autoconocimiento, naturalidad y autenticidad

“Como un viejo minero, debes resignarte a extraer un montón de arena de la que luego, con paciencia, filtrarás unas pocas partículas de oro”. Dorothy Bryant.

Para descubrir tu esencia has de conocerte, y has de hacerlo muy bien.

Puede que te descubras pronto o puede que sea un trabajo que te dure toda la vida (más bien esto segundo), pero es un esfuerzo que te será recompensado con creces.

Los ‘esenciales’ descubrimientos que vayas realizando en ‘tu viaje’ te darán la oportunidad de descubrir el enorme valor que tiene ser auténtico para poder disfrutar de una vida con sentido.

Aunque deja que te aclare una cosa: ser natural no es lo mismo que ser auténtico.

Alguien es natural cuando actúa de una manera espontánea, sin racionalizar. Se trata de comportamientos que nacen de un subconsciente cuyos automatismos pueden estar repletos de condicionamientos, prejuicios y creencias construidas a lo largo del carnaval particular que es nuestra vida.

Sin embargo ser auténtico implica conocerse bien, aceptarse mejor, y mostrarse a los demás desde ahí con total transparencia.

Una autenticidad que requiere de un gran trabajo previo de autoconocimiento en busca de la coherencia entre lo que somos y lo que pensamos, hacemos y decimos.

Para ser naturales no necesitamos de esa congruencia: alguien puede ser muy natural y ‘más falso que Judas’ al no ser consciente de que no está actuando acorde a su esencia, sino acorde a sus condicionamientos.

La autenticidad implica naturalidad, pero la naturalidad no es necesariamente auténtica.

Te pongo un ejemplo:

¡Que te den por el culo! Le dije a alguien una vez muy cabreado.

¡A ver si me va a gustar! Me contestó él sonriente.

Yo fui muy natural, él muy auténtico.

¿Queda clara la diferencia? 🙂

Y por supuesto que se puede ser natural y auténtico a la vez, que viene a ser lo más de lo más, pero también lo que hace que ‘nuestro viaje’ sea más largo. Mi recomendación es que te prepares para eso aprendiendo a disfrutar del trayecto.

Pero deja que también te diga que esto es así en mi mundo, en mi realidad, en mi mapa, pero tú tienes el tuyo propio dónde interpretas la realidad a tu manera poniendo tus propias reglas, y lo que vale para mí puede no valer para ti.

Porque resulta que…

“Justo cuando creo que he aprendido la manera en que se ha de vivir, la vida cambia”. Hugh Prather.

Y hay que joderse…

O aprender.

Aunque también nos podemos ir a tomar por el culo, que nunca se sabe 😉 .

[La foto de portada está hecha en una de las escalinatas de la encantadora Lisboa (Portugal). La otra en el paseo marítimo de la misma ciudad.]

 

Juan Núñez
Juan Núñez
Rebelde, curioso e inconformista trabajo para que algún día lo que somos determine lo que hacemos como la mejor manera de alcanzar una vida auténtica y con sentido.
La gente que intenta ir al baño todos los días a la misma hora, es muy distinta de la gente que lo hace cuando le entran ganas. Yo procuro ser siempre de los segundos ¿y tú?

Es por el mar de la autenticidad que navegan los valientes

¿Te atreves a subir al barco?

 

El artículo Es por el mar de la Autenticidad que navegan los valientes ha sido publicado por Juan Núñez en aprendizajeyvida.com.

¿Está el desapego relacionado con nuestra felicidad?

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Desapego y felicidad

[Desapego y felicidad en bicicleta durante un paseo por la costa de Mallorca (España)]

Hoy te traigo a un nuevo buscador que aterriza por estos lares para hablarte nada menos que de desapego y felicidad.

Conocí a Javier a través de una entrevista que me propuso realizar para su blog Ventura Sensitiva, y tengo que decir que me parece un chico de mente efervescente y corazón generoso, como buen buscador que es.

Lo que yo pueda escribir hoy, mañana puede no tener sentido en mi vida. Javier Sánchez.

Me gustan las personas luchadoras, con inquietudes, valores e iniciativa, las que se cuestionan las cosas fomentando su espíritu crítico, las que no creen que no se puede cambiar sino que el cambio forma parte de nuestras vidas, las que recorren su camino aprendiendo en cada parada del viaje para evolucionar de forma consciente.

Y Javier es una de ellas así que…

¡Te dejo con sus reflexiones!

¿Está el desapego relacionado con nuestra felicidad?

Sinceramente, no lo sé.

Lo que sí sé es que su hermano gemelo, el apego, puede ser un impedimento para encontrar una paz interior verdadera, así como el amor, la gratitud, y quizá la felicidad.

La felicidad es un tema muy complicado, un concepto que conocemos todos pero no llegamos a experimentar ninguno.

Lo más cercano a la felicidad es la alegría, las emociones positivas, la satisfacción…

Y ahí es donde cada uno puede considerar que todo eso se relaciona con la felicidad, pero yo no.

La felicidad no se puede relacionar con algo tan simple como la alegría porque al día siguiente puedes estar triste y pensar que no eres feliz.

Y la felicidad puede que sea eso, alegría y tristeza por igual, no necesariamente tiene que ser algo que nos provoque una sonrisa.

Creemos que es la norma y eso es lo que nos lleva a pensar que la felicidad es un estado de bienestar.

La felicidad pura seguramente vaya mucho más allá de lo que creemos que es, de lo que hemos leído o visto en películas.

Debe ser un estado totalmente distinto a lo que imaginamos, donde todas las emociones estén mezcladas y sean igual de importantes, sin etiquetar ninguna de ellas como buenas o malas.

¿Y qué hay del apego?

Seguramente has escuchado que el apego es aquello que fastidia la felicidad, y puede que no te falte razón.

Por eso muchas personas practican el arte del desapego, empiezan a volverse locos con los objetos que poseen, empiezan a tirar cosas, a mandar a la mierda a ciertas personas, y un largo listado de lo que se cree que es el desapego.

¿Crees realmente que así se puede encontrar la felicidad?

Antes estabas ligado al apego y te centrabas en ello de manera inconsciente, por lo que eras esclavo de muchas cosas.

Ahora estás ligado al desapego y te centras en ello de manera consciente, por lo que eres esclavo de otras muchas cosas.

Eso es lo que producen los ideales, la simbología, la religión, etcétera.

Que nos centramos en algo concreto y somos esclavos sin saberlo.

Por eso me pregunto si el desapego en sí mismo puede ser un camino que nos dirija a la felicidad, como muchos nos cuentan.

MINIMALISMO

Una idea que suena mucho hoy en día relacionado con este tema es el minimalismo.

Es un concepto que me gusta mucho por lo que representa, no lo por lo que es o por lo que se está consiguiendo con ello.

Al final no deja de ser un ideal, y es ahí donde fallan muchos.

Dejan de tener para ser felices, y el minimalismo no es eso.

Es una herramienta muy útil que puede guiar nuestros pasos para conocer en profundidad el desapego, ese estado que a priori parece ser una buena solución para alcanzar una mayor paz y libertad.

Pero yo te digo que puedes tener un Ferrari o irte de crucero por el mar Mediterráneo y posiblemente seas feliz.

El problema surge cuando empezamos a querer que todos esos lujos pasen a formar parte de nuestra felicidad o propósito, cuando todo lo material y físico se vuelve una prioridad.

Debes preguntarte algo antes:

¿Qué valor te aporta a ti o a los demás?

Contesta sinceramente.

El desapego no es una simple definición

Nos cuesta actuar, y mucho.

Leemos sobre minimalismo, sobre apego y desapego, sobre felicidad, pero no vemos más allá de lo que representan estas palabras.

Nos quedamos con la definición, la ponemos en práctica haciendo lo que dice, tal cual, y nos alejamos de su verdadera esencia.

He descubierto que, al igual que la definición de estas palabras, no son sus propias enseñanzas las que nos dan la respuesta a nuestras preguntas.

Las verdaderas lecciones se encuentran en nuestro propio descubrimiento, nuestro propio camino de autoconocimiento, nuestra propia experiencia sobre la verdad y la sabiduría de dichas enseñanzas.

Hace tiempo leí que el apego es la dependencia emocional que ponemos en las cosas o la gente que deseamos no perder.

“Deseamos no perder”

¿Te has dado cuenta?

Desear ya te incita a perder tu libertad, y ‘no perder’ se relaciona con la posesión, que también está ligada a la libertad.

Un lío de narices que forma una telaraña perfecta, porque a eso habría que sumarle también el miedo, por ejemplo.

Y por si fuera poco también percibes que el apego va más allá de los objetos materiales, porque tiene que ver algo contigo.

Tiene que ver con tu estado interior, con no basar tu Ser, tu identidad o como quieras llamarlo, en estar pensando cada día en ese objeto que te gusta o esa persona que no te cae muy bien.

Dejar ir…

Deseamos un buen trabajo, deseamos a esa persona que nos gusta, deseamos tener una vida en la que no falte nada para alcanzar la felicidad.

¿Qué pasa cuando nos despiden del trabajo, o nos abandona nuestra pareja después de 5 años?

Que nos enfadamos, nos acordamos del Universo de una manera poco agradable, nos encerramos en nosotros mismos y odiamos todo lo que venga.

Y esa es la respuesta que te proporciona el apego, eso es lo que te ofrece.

¿Menudo regalito eh?

Las cosas ya no van como quieres y resulta que es culpa del mundo, culpa de la mala suerte.

Por supuesto, no es culpa tuya (faltaría menos).

¿Qué cuál es la mejor opción?

Aprender a dejar ir, saber que todo lo que has ido construyendo a lo largo de los años se puede esfumar de un plumazo.

Y en eso consiste el cambio o transformación, en que cuando suceda no te lamentes.

Y para no lamentarse no debes estar apegado al cien por cien a ello.

Date cuenta de lo que es y de lo que está sucediendo en el momento presente. Ya ha sucedido y tú tienes la llave para seguir construyendo tu camino, porque es algo que deberás ir aceptando cada día.

No hay nada fijo, por pequeño que sea, algo está modificando tu vida.

Llegará un golpe final que no te guste, pero deberás continuar, dejar ir lo que ya no está.

Dejar ir no significa olvidar, hacer borrón y cuenta nueva.

Dejar ir significa aprender, conocer, avanzar, y quién sabe… si ser feliz.

Javier Sanchez
Javier Sanchez
Escribo en Ventura Sensitiva sobre autoconocimiento, minimalismo, pensamientos para el cambio y todo lo que tenga que ver con el desarrollo personal.

También comparto reflexiones personales en mi página de Facebook ¡Un fuerte abrazo!

 

El artículo ¿Está el desapego relacionado con nuestra felicidad? ha sido publicado por Javier Sanchez en aprendizajeyvida.com.

La premeditación de los males (cuando no hay nada mejor que pensar en lo peor)

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Premeditación de los males

Las innumerables oportunidades, ventajas y comodidades de que disfrutamos en las sociedades modernas han contribuido más bien poco a mejorar nuestro estado de ánimo y a nuestra felicidad, y lo peor de todo es que la mayoría de la gente está perdida porque todavía no se ha dado cuenta de ello.

La triste realidad es que toda esa ‘ensalada social’ nos está jodiendo bien porque no sabemos mezclar sus ingredientes para que el resultado nos pueda resultar satisfactorio y aprovechable.

A menudo nuestro esfuerzo por ser más felices y más libres lo único que consigue es encadenarnos haciéndonos todavía más desdichados. Y es precisamente nuestra ansia por eliminar la inseguridad, la incertidumbre, la tristeza o la negatividad lo que hace que nos sintamos más inseguros, tristes, angustiados e infelices.

Así de paradójico.

Como decía John Stuart Mill:

Pregúntate si eres feliz y te alejarás de serlo.

¿Por qué?

Que te quede claro de una vez…

No es lo que tenemos o lo que nos pasa lo que determina nuestro estado de ánimo, sino que son nuestras creencias al respecto, nuestro enfoque y actitud ante las circunstancias de nuestra vida.

Es ahí es dónde se encuentran las raíces de todos nuestros sinsabores y sufrimiento, y es desde esa aceptación que debemos ponernos a trabajar.

La tiranía del positivismo

Algunas personas creen ciegamente que el pensamiento positivo es la receta definitiva para la curación de todos sus males. Luchan por ponerlo en práctica cada día repartiendo sonrisas por doquier e imaginando su mundo perfecto sin darse cuenta de que esta actitud les dejará ‘con el culo al aire’ cuando las cosas no salgan como esperan.

Y te puedo asegurar que las cosas no salen como uno espera un montón de jodidas veces.

La tiranía del positivismo puede conducirte hacia una vida insatisfactoria e infeliz, es así de sencillo. Y esto sucede porque se basa en enterrar emociones como la tristeza, la frustración o la melancolía que sin embargo resultan esenciales para prepararnos para los acontecimientos ‘menos agradables’ de la vida.

No solo tienes derecho a sentirte como te de la gana, sino que además dejar que todas tus emociones fluyan, sean del tipo que sean, te conducirá hacia el verdadero desarrollo personal y la plenitud como ser humano.

No estoy diciendo que adoptar una actitud positiva ante la vida sea algo perjudicial en si mismo porque si lo hacemos de una manera equilibrada, sin postureos ni obsesiones de por medio puede…

  • Ayudarnos a aceptar la realidad y a enfrentarnos a lo que venga.
  • Darnos claridad para saber hacia dónde vamos.
  • Reforzarnos e impulsarnos hacia la consecución de nuestros objetivos.
  • Permitirnos disfrutar más y tener una mejor calidad de vida.

Pero resulta que encontrar ese equilibrio pasa ineludiblemente por sustituir los unicornios por rinocerontes, y por desgracia los rinocerontes están a punto de extinguirse lo que quizá sea ya una señal.

Hacia el equilibrio

La ‘ciencia del positivismo’ promulga que la mejor forma de alcanzar nuestros objetivos consiste en visualizar que ya los hemos conseguido, que todo ha salido a la perfección y que ya estamos en el país de las maravillas.

Intenta que instauremos en nuestra mente una imagen idealizada con el destino soñado pretendiendo así clarificar nuestra meta y allanarnos el camino.

Pero resulta que concentrarte de esta manera en los resultados deseados puede acabar por sabotear nuestros esfuerzos para alcanzarlos, ya que un exceso de optimismo sobre el futuro no nos va a ayudar cuando las cosas no salen como esperamos. Muy al contrario, nos va a perjudicar porque estaremos menos preparados para aceptarlas y para afrontarlas.

Alguien decía que cuando hablas con alguien todo lo que venga después de un ‘pero’ es una mierda, en este caso la mierda es lo que va delante.

Además este tipo de visualización positiva promueve la total identificación con nuestros pensamientos. Un culto al final feliz y triunfal que refuerza la idea de que la felicidad pertenece a un momento distinto del presente, cuando la realidad es que ‘el ahora’ es lo único que tenemos, y el único momento dónde deberíamos buscar nuestra satisfacción.

Cuanto más intentes evitar el sufrimiento más sufrirás y más te frustrarás, porque es cuando las cosas más pequeñas e insignificantes te van a torturar en proporción a tu miedo a fracasar.

El pensamiento positivo persigue la certeza y la seguridad de saber lo que nos deparará el futuro, pero resulta que la naturaleza esencial de la realidad y de la vida es la inseguridad y la incertidumbre, y todos nuestros intentos por cambiar eso están abocados al desastre.

La premeditación de los males

Ya he remarcado que son nuestras creencias, ideas y pensamientos los que nos hacen sufrir, por eso lo que necesitamos para dejar de hacerlo es aprender a pensar desterrando nuestros juicios irracionales.

El que las cosas no salgan como esperamos, por doloroso que pueda resultar, es positivo para nosotros porque nos acerca hacia la incertidumbre, que es la verdadera naturaleza de la realidad y lo que nos ayudará a enfrentarnos a la vida tal y como es.

Buscar la seguridad y la certeza permanentemente nos aleja de la esencia de las cosas, que es cambiante e inestable, y al mismo tiempo nos dice que el deseo de encontrar la seguridad y la sensación de inseguridad en realidad son lo mismo.

Hace más de dos mil años ya sabían mucho de todo esto los Estoicos, que promulgaban que nada de lo que nos sucede en la vida es justo o injusto sino que es necesario, y que no hay nada mejor que aceptarlo sin hacer juicios morales subjetivos, asumiéndolo como parte de nuestro camino de aprendizaje.

CUANDO NO HAY NADA MEJOR QUE PENSAR EN LO PEOR

La filosofía estoica pasa bastante de positivismos y sin embargo nos habla de una técnica llamada ‘premeditación de los males’ o ‘visualización negativa’ como la mejor forma de apreciar lo que tenemos y de enfrentar los desafíos de la vida.

Consiste básicamente en contemplar, visualizar y encararse directamente con la posibilidad del fracaso, de ponernos en ‘lo peor que puede pasar’ como la fórmula más eficaz de prepararnos para lo que venga.

¿Y por qué?

  • Porque si buscamos desterrar el fracaso de nuestras vidas tendremos una comprensión distorsionada acerca de lo que cuesta conseguir el éxito.
  • Porque la experiencia emocional de fracasar nos puede ayudar y servir de trampolín para alcanzar una felicidad más profunda y duradera.
  • Porque apreciaremos mucho más el éxito si antes nos hemos embadurnado de fracaso.
  • Porque disfrutaremos mucho más de las cosas si experimentamos y tenemos presente lo que implica carecer de ellas.

Resulta que cuanto más consciente te hagas de que la vida es finita y de que te vas a morir, cuanto más presente lo tengas, más la valorarás y menos probabilidades habrá de que la malgastes en distracciones inútiles ¿no te parece?

Pues por ahí van los tiros… y también las escopetas.

Si invertimos tiempo en imaginar vívidamente y con exactitud qué es lo que podría salir mal en ‘nuestro plan’ probablemente descubramos que nuestros temores suelen ser exagerados, lo que nos impulsará en la búsqueda y obtención de nuestros objetivos.

Casi siempre ponerse en lo peor es bastante preferible a fingir que no podría llegar a suceder.

Y es que la felicidad que se alcanza a través del pensamiento positivo puede resultar fugaz y frágil, sin embargo la ‘premeditación de los males’ genera una mayor y más fiable tranquilidad que nos preparará ante cualquier acontecimiento que se produzca.

De modo que si te parece ya podemos bajar de los unicornios, empezar a admirar a los rinocerontes… y ponernos manos a la obra.

[Foto de portada realizada en Eisbachwelle, Munich, Alemania]

 

Juan Núñez
Juan Núñez
Me llamo Juan y desde marzo de 2013 escribo en esta página sobre búsquedas, aprendizajes, experiencias, autenticidad y todo aquello que espero me conduzca hacia el propósito de disfrutar de una vida más plena y con sentido. “Si quieres ser un héroe para los demás empieza por serlo para ti mismo”. Eso es lo que predico y eso es lo que persigo ¿Te apuntas?

Es por el mar de la autenticidad que navegan los valientes

¿Te atreves a subir al barco?

 

El artículo La premeditación de los males (cuando no hay nada mejor que pensar en lo peor) ha sido publicado por Juan Núñez en aprendizajeyvida.com.

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